Barrroquismo, cantinflismo… y más de lo mismo
México es un país maravilloso, donde se habla buen castellano y hay un gusto por hablarlo mejor. Déjenme explicarme. Casi diario tomo taxi de calle. Me gusta sentarme en el asiento de atrás y sacar conversación al taxista en turno. Gracias a este método he aprendido verdaderas joyas de la idiosincrasia mexicana.