Están por todos lados. En los aparadores, las camisetas y hasta los mandiles de cocina. Son majestuosos, inocentes, clásicos o modernos. Se oye hablar de ellos y hay quienes afirman que platican con ellos. Llegaron ya a los discos compactos y, por supuesto, a la boca de los famosos. Programas enteros de radio y televisión, y artículos en la prensa se avocan a debatir sobre su origen, forma, lenguaje y costumbres. Estados Unidos, el reino de lo comercializable, está lleno de ángeles.

Nuestro país atraviesa por una crisis inusitada y terrible. Ante la violencia y la demagogia con que se pretende explicarla, los mexicanos queremos fuentes veraces de información para saber qué sucede y por qué. Aún hay medios de comunicación atrapados en las redes del utilitarismo y la sujeción a las normas no escritas de censura impuestas por el gobierno o por sí mismos (autocensura). Por defender sus intereses, se aferran a la manipulación y la propaganda ideológica, olvidando la realidad para endosarnos su realidad. La sociedad entera debe permanecer alerta ante quienes ocultan la verdad y además se ostentan como espejo fiel de lo que sucede. Identificarlos nos permitirá descubrir cuándo el espejo miente.