Estamos viviendo en los albores de una nueva era digital conocida como la «Cuarta Revolución Industrial». Ésta amenaza con transformar los procesos de trabajo y la sociedad misma. Un área que comienza a sentir la presión del cambio es la industria automotriz.
Temas que antes sólo imaginábamos gracias al cine, hoy se materializan. Ya no ‘suena descabellado’ hablar de autos que se conducen solos, que no contaminan y que brindan un universo de servicios digitales.
Ante este panorama, nuestra sección principal describe las tendencias de la industria automotriz. Arturo Orozco en su artículo «La promesa que está revolucionando la industria: el auto eléctrico», comenta que gracias a los avances tecnológicos el auto eléctrico ha dejado la etiqueta de «carrito de golf» y está transformando los procesos de toda una industria.
En este sentido, Bruno Juanes asegura que la aparición de tecnologías disruptivas, nuevos materiales, cambio de hábitos de consumo y de uso vehicular… implican diversos retos que la industria automotriz empieza a enfrentar.
Miguel León analiza los 91 años de la consolidada industria automotriz mexicana, sin embargo plantea que, frente a los retos de la Cuarta Revolución Industrial, no puede estancarse, necesita trabajar con la mirada puesta en el futuro.
La conectividad cambiará el sector automotriz, de eso está seguro Marc Sachon quien en entrevista certifica que la información que generen los automóviles del futuro cercano permitirá gestionar semáforos, tipo de tráfico, calidad de aire, etcétera.
Miguel Barbeyto, desde su horizonte como Managing Director de Mazda, menciona que el automóvil no es sólo una herramienta de transporte, también le brinda al conductor un estilo de vida, por ello la industria se ve obligada a innovar siempre ubicando al cliente en el centro de su producción.
Por otro lado, en la sección humanista indagamos sobre la figura del mecenas en la historia y cómo hoy en día aún es necesaria su presencia en la producción artística pues la procuración de medios monetarios y logísticos es protagonista del desarrollo cultural de una sociedad.
Para cerrar esta edición, Héctor Zagal, con el ingenio que lo caracteriza, repasa la vida de algunos artistas que se han dejado seducir por el romanticismo del alcohol. Deja siempre en claro que la adicción no hace al genio pues el exceso no marida con la vida.