Aunque se habla mucho de ética, hoy en día sigue siendo un tópico ajeno a las prácticas de diversas organizaciones. Numerosos casos lo demuestran: fraudes corporativos, tráfico de influencias, e incluso el abuso de poder de algunos directivos sobre los miembros de su equipo.
Por ello en este número buscamos dar a conocer la necesidad y las ventajas de construir empresas éticas, lo cual implica un reto pues el ambiente arrastra. La misión recae sobre el directivo, quien debe estar en la lucha, manteniéndose contracorriente, sorteando los problemas y tomando decisiones ponderadas, en las que siempre se piense en las personas que se verán afectadas.
En la sección Alta Dirección abordamos la ética empresarial desde diferentes perspectivas. German Serrano asegura que la empresa tiene un poder preponderante para mejorar la sociedad y es el director quien debe comenzar este movimiento a partir del desarrollo de sus propias virtudes.
Juan Francisco Millán Soberanes y Marco Iván Escotto Arroyo hablan desde su trinchera, la industria farmacéutica, en donde la ética es vital. Consideran que es necesario que las instituciones cuenten con un código de ética y un órgano de control que lo regule, para evitar que éste se convierta en un catálogo de buenas intenciones. En esta línea continua Fernando Chamas, Ethics Officer de la empresa Aguas, Servicios e Inversiones de México (ASIM), quien afirma que los códigos de ética son necesarios para compartir con los miembros de la empresa los valores que se seguirán como institución. Esto al final del día garantiza la respetabilidad, reputación y prestigio de la empresa.
José Manuel Núñez encuentra la vena ética del trabajo, al que considerarlo una conquista que enriquece al hombre y le permite legar algo a la sociedad. Para cerrar la sección, Germán Scalzo hace hincapié en que toda empresa que busque el título de «ética» debe orientar su comportamiento a la realización plena de las personas que la integran, hasta conseguir que sean virtuosas.
Por último, en busca de nutrir el espíritu, la sección Coloquio está dedicada a la ópera, un arte por demás completo en el que coinciden la poesía, el canto, la música, las artes plásticas y la danza; para deleitar los sentidos e invitar a la reflexión del espectador ante la narrativa de las historias que se presentan.