Enrique Serna
Taurus. México, 2013
402 págs.
Si la población prefiere el entretenimiento de los saberes instantáneos y vacuos, es porque los intelectuales se olvidaron de los lectores y se dedicaron a edificar soberbias torres, desde las cuales desprecian el papel crítico y educativo de la cultura.
El presente manual es también una denuncia pública a los intelectuales, o a los que se precian de serlo. Enrique Serna examina el cadáver de la cultura intelectual y determina los vicios que la llevaron a la muerte. Distingue los males que restan autenticidad a los intelectuales y generan cierta indiferencia poblacional por la cultura.
La propuesta de Serna se centra en la necesidad de la humildad en los intelectuales, para que el público general despierte de la mediocridad de los gustos comprados y se convierta en un juez severo con la cultura que las «autoridades culturales» le presentan, de tal manera que cada vez exija mejores contenidos que permitan el progreso intelectual.
Los intelectuales tienen la obligación pedagógica de compartir su conocimiento con la población; esto no significa bajar el nivel cultural, sino enseñar a la humanidad a acceder a la cultura de calidad.