Marcel Proust
Taurus. México, 2012.
144 pp
Leer una obra, como Días de lectura, y sumergirse en sus personajes, aromas y colores es uno de los mayores goces a los que puede aspirar el hombre. ¿Qué lector, luego de estar inmerso en ese mundo paralelo creado por el autor, no ha sido interrumpido cuando alguien llama a la puerta y dice: «Ya vamos a cenar»? ¿o cuando abruptamente suena el teléfono y debe contestar? Marcel Proust nos relata simpáticas anécdotas sobre la pasión por la lectura: desde leer bajo la mesa del comedor, hasta esconderse detrás de un espino para perderse en el universo literario.
Este libro, quinto título de la colección Great Ideas que incluye pensadores como Cicerón y Darwin, compila ensayos de Proust. El escritor de En busca del tiempo perdido se convierte en médico al prescribir a los faltos de voluntad el mejor antídoto existente: la lectura. Describe cómo el sorbo de una taza de té y una magdalena bastan para regresar el encanto olvidado a los recuerdos más remotos.
Asimismo reclama que el destino de los libros no es pertenecer a la biblioteca de un notario, sino incitar impetuosamente a los lectores, porque «nuestra sabiduría empieza donde la del autor termina».