La nube es el siguiente paradigma en la evolución estructural del almacenamiento masivo de información con disponibilidad inmediata, ahorro de costos y máxima seguridad.
Hace pocos años, las grandes corporaciones construían edificios de mortero y concreto, los llenaban de racks (estantes) con servidores y los enfriaban con grandes aparatos de aire acondicionado; instalarlos podía requerir hasta dos años. Además, el consumo de energía y los costos por actualización de servidores, aplicaciones (apps) y licencias afectaban los presupuestos y elevaban notoriamente la inversión.
Por su parte, las pequeñas y medianas empresas invertían grandes sumas en tecnologías de la información (TI’s) para rentar los servicios de almacenamiento de datos.
Hace unos meses, los directivos de la firma HP aseguraron, durante la reunión anual HP Discover 2011, que 2% de la energía del planeta se destina a abastecer los centros de datos a nivel mundial.
COMO EN UN BANCO
Con el crecimiento y avance del internet se facilitó la adquisición de servicios virtuales y hace aproximadamente cinco años, algunos países europeos y Estados Unidos comenzaron a implementar «la nube o cloud»: se trata de un centro de datos compartido, una solución para responder a las necesidades de almacenamiento y el uso de apps que permite mayor diversidad de servicios conjuntos y separados que maximizan el rendimiento de los recursos.
«Una definición simple de cloud es que se trata de aplicaciones y plataformas alojadas externamente, (lejos de las instalaciones de la empresa, incluso en otro país) construidas sobre una estructura compartida y que se distribuyen a través de un navegador. Son programas que la gente puede utilizar y disponibles gracias a internet», indicó Florencia Sabatini, gerente de Google Apps y Enterprise para América Latina.
Para muchos, el significado del término «nube» aún no está completamente definido. Elios Bravo, hosting manager de Ingenia Group, asegura que cloud no es sólo internet, sino que detrás del world wide web hay una súper computadora (high provider) que maneja todos los servicios y aplicaciones necesarias, además de que las compañías mexicanas no saben bien a bien qué es la virtualización y la nube.
Para comprender el cloud computing se propone la siguiente analogía: el dinero está más seguro en los bancos que debajo del colchón; a su vez, el banco permite disposición inmediata del dinero cuando se requiere por medio de un nombre de usuario y una contraseña. Con la arquitectura de cloud computing sucede lo mismo: la información está disponible a todas horas y protegida por avanzados sistemas de seguridad que permiten el acceso exclusivo al usuario.
Otro problema, además de comprender bien el concepto, es que los proveedores deben ganarse la confianza de las empresas y demostrar su eficiencia, con una amplia difusión y argumentos convincentes.
Los actuales temores a la tecnología y a su estructura radican en que no se sabe dónde se almacenan los datos y por falta de información, los encargados de TI consideran que las inversiones para adquirirla pueden incrementarse. En realidad, la nube economiza hasta 50% los costos de tecnologías de la información.
Es común creer que los empresarios tienen temor a migrar a la arquitectura virtual, sin embargo, más que miedo a la nueva tecnología, destaca la desinformación y poca proyección que la nube ha recibido. Cuando los directivos estén más abiertos y los proveedores de servicios digitales se comuniquen mejor, habrá una explosión local de las soluciones que el cloud ofrece a las empresas. «Se trata de soluciones empresariales de modelos híbridos en la nube con aplicaciones tradicionales, un universo con infinidad de posibilidades» (Octavio Márquez, director general de HP México).
Beneficios «arquitectónicos»
¿Qué beneficios puede tener migrar las aplicaciones a una nube para las empresas? ¿Cómo tener segura la información? ¿Cuánto costará y cómo puedo ahorrar? Los directores de TI y de finanzas se hacen éstas y muchas otras preguntas.
En primer lugar, la gama de beneficios de la nube se puede ver en la forma de hacer más con menos, así en lugar de construir un centro de datos e invertir en servidores, ahora los espacios físicos se reducen y se paga únicamente por el servicio solicitado. Esto significa que el cloud computing estaría cambiando los servicios de TI en commodities.
También se pueden crear «nubes dentro de las nubes» para diversificar los servicios y dar mantenimiento sin tener que bajar el servidor por completo. Por ejemplo, si el correo electrónico tiene problemas, únicamente se baja esa aplicación para corregir la situación sin afectar todos los demás servicios que se utilizan (Elios Bravo).
Otro beneficio es la capacidad para pasar de uno a mil usuarios o, en su defecto, de mil a 500, sin mayor problema; esta escalabilidad y flexibilidad permite que la nube se adapte al modelo de negocio sin importar su tamaño. «Lo más interesante es el ritmo de aceleración porque es una tecnología que representa muchos beneficios. En los últimos años se han comprobado las ventajas de esta estructura», (Sabatini).
Bajo este contexto, Google ofrece su suite para la nube que incluye correo, calendario, mensajería instantánea, además de Google docs y Google groups en tres esquemas diferentes: gratuita, Business y educativas, enfocadas en colegios y universidades.
La versión Business, de Google Suite Apps cuesta 50 dólares anuales por usuario e incluye las aplicaciones mencionadas que permiten editar y mejorar hojas de cálculo, presentaciones y documentos de texto sin necesidad de adquirir una licencia para trabajar con estos productos, lo que implica ahorro en una oficina.
¿Cómo ahorran las grandes firmas? Elios Bravo considera que no se requiere una gran inversión para crear nubes internas. Un servidor cobra entre 600 y 800 dólares mensuales; gasto que se multiplica a largo plazo. Al comprar un servidor en la nube, la inversión inicial será más elevada pero con una buena organización puede atender varias funciones y reducir el costo. Las áreas de tecnología de las empresas pueden generar ahorros hasta de 50%.
Un estudio realizado por Forrester Consulting mostró que una empresa de mil empleados generó un retorno de 300% sobre la inversión inicial luego de tres años. «307% de ROI (return on investment) considerando riesgos, indica que la colaboración tiene un impacto directo con la productividad». (Sabatini).
Una de las situaciones más destacables del cloud computing para José Fonseca es que los recursos se pueden dividir y permiten a los negocios, sin importar su tamaño, economizar en sus operaciones tecnológicas. «Así pues, los empresarios pueden enfocarse en su negocio y olvidarse de terceros porque sólo pagan por lo que consumen».
«La nube es una herramienta competitiva porque permite pagar por los servicios que consumes, factor importante para el desarrollo de un país porque impulsa su competitividad», agregó Octavio Márquez, de Hewlett-Packard. En efecto, lo más difícil es el cambio a un nuevo paradigma, pero el riesgo vale la pena ya que las TI tienen que invertir en la nueva estructura arquitectónica virtual para integrarse con éxito a la nueva forma de acceder a la información.