Una tremenda erupción arrojó 150 km cúbicos de ceniza y decapitó la mitad del volcán Tambora en Indonesia, en 1815. Tal fenómeno se considera una de las peores catástrofes naturales registradas en la historia. Además de causar más de 10 mil muertes instantáneas y 90 mil por los vapores tóxicos, afectó gravemente el clima del mundo. Al año siguiente, se produjo «el año sin verano»; las temperaturas decrecieron en todo el hemisferio norte a causa de la capa de ceniza y humo que quedó flotando.
En esas fechas, Mary Wollstonecraft Shelley y su marido, Percy Bysshe Shelley visitaron a su amigo Lord Byron en Suiza. Para acortar el tiempo en esos largos días de lluvia, los tres estetas leyeron historias alemanas de fantasmas. Luego Byron retó a los Shelley y a su médico personal, John Polidori, a escribir una historia de terror. Mary no la completó, pero concibió una idea que dio pie a la primera historia moderna de ciencia ficción y de terror gótico.
Se apoyó en las conversaciones que Polidori y su esposo mantenían respecto a las nuevas investigaciones de Luigi Galvani y Erasmus Darwin (bisabuelo de Charles Darwin) sobre el poder de la electricidad para revivir cuerpos ya inertes, y para el personaje del doctor Frankenstein, Mary usó de referencia al científico amateur Andrew Crosse, quien solía experimentar con cadáveres y electricidad.