Muchos avances de la ciencia nos llenan de esperanza y de orgullo. Uno de ellos es el Proyecto Genoma Humano que ofrece inmensas posibilidades para erradicar enfermedades, corregir defectos y mejorar la calidad de vida.
Pero como en todo, se puede hacer mal uso de ese conocimiento: «La biotecnología es poder y el hombre actual no está dispuesto a dejar pasar esta oportunidad seductora», dice María de la Luz Casas en esta edición.
Para el científico de hoy el hombre no es más que un modelo matemático y conforme las computadoras almacenan más variables de ese modelo hay más opciones de modificarlo. En el universo digital, «el hombre se ha vuelto un mecanismo manipulable y programable», afirma Paula Sibilia en su libro El hombre postorgánico, que comenta Andrea Moreno.
Si antes se buscaba adaptar el entorno a las necesidades del hombre, ahora parece que es la naturaleza humana la que ha de ajustarse a un mundo digital. El cuerpo humano resulta limitado y obsoleto, hay que darle un upgrade «para que sea compatible con la teleinformática que rige al mundo», escribe Fernando Macouzet.
Escuchar a la naturaleza y respetar los ecosistemas son premisas muy valoradas en campos científicos, pero no aplican con relación al hombre. Se ha puesto entre paréntesis la existencia de una «naturaleza humana» y la tecnociencia se ha lanzado a modificar su biología, para librarla de lo que estorba e incursionar sobre nuevas o mejores capacidades.
¿Cómo ha sido posible semejante giro? ¿Qué cambió en la escena o en el guión para que el hombre, hasta hace poco protagonista principal de la historia ahora ocupe un triste papel secundario sometido a la tecnociencia? De ello habla María de la Luz Casas.
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En esta edición encontrarás también: «¿Reconoces la imagen de tu empresa en internet?», «Design Thinking», «El deporte al banquillo», «¿Mucha técnica, poca alma?»… y varios artículos más igual de interesantes.