Alan Pauls
Barcelona. Anagrama, 2007.
125 págs.
Hace algunos meses, Alan Pauls defendía públicamente ?en el marco de un coloquio sobre el estado actual de la literatura en español? que a la oleada de «críticas» vigentes (cinematográfica, literaria, socio-cultural?) debía sumarse la «crítica del lector»: aquella que evalúe qué lee la gente, cómo lee y qué está capacitada para entender.
La literatura se vuelve concesiva; los escaparates y las muchas ventas importan más que el rigor de la pluma. Los lectores demandan historias triviales, fáciles, que no sencillas. Cierta literatura contemporánea, sin embargo, perpetúa el afán, no elitista ni pequeñoburgués, sino exigente del arte. Es decir, el arte en su sentido más puro: intelectual, espiritual o emocional, exige. Intrínseca a toda pieza artística es su no gratuidad.
¿Qué es, en todo caso, Historia del llanto? ¿La historia de un niño de cuatro, seis, siete, trece años? ¿Un tratado sobre el dolor y la contención? ¿Un ejercicio del lenguaje tan fragmentario como el acto mismo de llorar? ¿«Una novela en retrospectiva que reexamina los viejos tópicos de los setenta», tal como se apunta en la contraportada del libro? Una obra de arte.