Los nets (la generación que creció con internet) requieren modelos educativos adecuados por sus peculiaridades socio-afectivas. Uno es la mediación pedagógica avalada científicamente y útil para educar a un sinnúmero de niños y adolescentes de distinto estrato social y cultural.
Acéptame como soy o No me aceptes como soy, son dos expresiones de niños y jóvenes que sintetizan las posiciones polares que suelen asumir ante la educación que les intentan dar padres y maestros.
El psicólogo israelita de origen rumano, Reuven Feuerstein,1 las hizo famosas hace algunos años y atrajo a la comunidad internacional de educadores con un libro dedicado a padres de familia, maestros y psicólogos, titulado Don’t accept me as I am, y en la edición de 2006 modificó el título: You love me! Don?t accept me as I am.
Precisamente por el amor que sentimos a nuestros hijos y alumnos y por el respeto a su modo de ser, hemos de contribuir al desarrollo pleno de su potencial. Imposible cruzarse de brazos cuando se trata de su formación. Aceptarlos tal cual son y más aún, comprenderlos, no significa de modo alguno asumir una posición pasiva o conformista ni dejar lo que nos corresponde a otros, quizá sin preparación ni compromiso emocional.
El reto está en contribuir a formar como personas, como ciudadanos virtuosos, a una generación tan peculiar como la net. Nuestro comportamiento debe guiarse por la ciencia y no tan sólo por el corazón.
Entre las diversas teorías acapara la atención de expertos y padres de familia, la mediación pedagógica, construida a través de los años, avalada científicamente y probada en la educación de un sinnúmero de niños y adolescentes distintos social y culturalmente; incluso de niños con síndrome de Down, autistas y con funciones psicológicas deficientes.
MEDIACIÓN PARA EL NUEVO MILENIO
Entre los antecedentes del estudio de la mediación, están los planteamientos de Hegel, filósofo idealista alemán, quien aportó una teoría dialéctica del desarrollo de la realidad y planteó el papel del sujeto mediador y del proceso de mediación para conocer el mundo que nos rodea.
El ruso Lev S. Vigotsky toma de Hegel el concepto de mediación y lo introduce en la literatura psicológica como un componente medular para explicar el tipo de relación entre un adulto que sabe y puede realizar una tarea y otro sujeto que requiere ayuda para hacerlo en el marco de la zona de desarrollo potencial.
Vigotsky plantea dos niveles evolutivos. El real que identifica con el grado de desarrollo psicológico que presenta un niño en un momento dado, resultado de los procesos evolutivos cumplidos y que se pone de manifiesto cuando se aplican tests psicológicos o pruebas pedagógicas estandarizadas.
El nivel potencial se manifiesta ante una tarea que el niño no puede solucionar solo, pero es capaz de hacerla si recibe ayuda de un adulto, papás, maestros o un compañero más hábil o más preparado. Vigotsky llama mediación educativa a este tipo de relación, de interacción social adulto-niño que estimula el desarrollo de potencialidades y mediador al sujeto portador de la experiencia.
Argumenta que el origen de nuestra concepción del mundo está en las primeras experiencias de aprendizaje del idioma, religión y cultura, aprendizaje que no es posible sin la ayuda o mediación de personas (papás, herman os, educadores) que permiten encontrar el sentido y significado a los objetos y eventos de la realidad.
El «significado» no está en las cosas del mundo que nos rodea sino en las percepciones que tenemos de ellas, resultado a su vez, de procesos de aprendizaje, en que otros han mediado entre nosotros y esa realidad, o en que la hemos «confrontado» sin la ayuda, al menos intencionada e inmediata de otros.
Aunque ciertamente el aprendizaje directo es muy valioso, el aprendizaje mediado es condición y fuente del primero porque contribuye a que el sujeto encuentre sentido y significado al objeto de conocimiento.
Feuerstein retomó la concepción de Vigotsky de sujeto mediador y de proceso de mediación y la incorporó a su Teoría de la experiencia de aprendizaje mediado.
Caracterizan a la escuela tradicional, entre otras cosas, la transmisión de información y el aprendizaje directo, pero la dinámica de vida familiar y social de este milenio impone la necesidad de estimular los procesos de mediación.
En un cambio de época en que las nuevas tecnologías incrementan el aprendizaje directo y el estudio independiente, la mediación pedagógica es una exigencia clave en los procesos educativos. Como alternativa metodológica posibilita el desarrollo de las capacidades distintivas del ser humano: pensar y sentir, crear e innovar, descubrir y transformar, compartir y disfrutar en familia. Todo ello es expresión de humanismo y respeto por la persona.
HACIA LA CONSTRUCCIÓN
SOCIAL DEL CONOCIMIENTO
Al relacionarse el mediador con otra persona, propicia su crecimiento al favorecer el aprendizaje, estimular el desarrollo de potencialidades y corregir funciones cognitivas deficientes. Según Vigotsky, mueve al sujeto que aprende en su zona de desarrollo potencial.
Los padres, amigos y maestros son mediadores. En general lo es todo el que se relaciona con otro y al hacerlo asume una disposición de ayuda constructiva que auspicia el crecimiento del otro. Los maestros somos o debemos serlo por excelencia. Nadie aprende «en cabeza ajena», todos lo hacemos cuando nos guían de lo que ya sabemos a lo que debemos saber, hacer y/o ser. El aprendizaje es un proceso personal pero está condicionado socialmente.
En todo momento el mediador facilita el tránsito de un estado real a uno esperado, ideal o potencial con la participación plena del sujeto que aprende e induce a emplear estrategias de acuerdo al nivel, estilo, ritmo y talentos del que aprende. Por eso en la actualidad se habla de: «zona de construcción social del conocimiento», en lugar «zona de desarrollo potencial».
El mediador requiere conjugar tanto el aspecto pedagógico, más aún didáctico (métodos, procedimientos, estrategias) con el psicológico de comprensión y tacto con el sujeto que aprende. Confronta y guía su atención a estímulos seleccionados. Enseña a «ver» el mundo de modo selectivo, a descubrir el significado de las cosas que nos rodean, a examinar las experiencias desde diferentes puntos de vista. Enseña a aprender.
CRITERIOS DE MEDIACIÓN
Según Reuven Feuerstein, al mediar entre el alumno y el contenido de enseñanza, el maestro debe cumplir ciertos criterios:
* La reciprocidad, una relación actividad-comunicación horizontal y asertiva mutua, en la que ambos, mediador y alumno participan activamente.
* La intencionalidad, tener bien claro qué quieren lograr y cómo ha de lograrse, tanto el maestro mediador, como el alumno que hace suya esa intención.
* La trascendencia, ir más allá del aquí y el ahora. Crear un nuevo sistema de necesidades que muevan al educando a acciones posteriores en el sentido planteado.
* El sentimiento de capacidad o autoestima, despertar en los alumnos el sentir que son capaces y la satisfacción por lo que hacen y logran.
* El significado, que el alumno encuentre sentido a la tarea, lo que en gran medida es resultado de lo anterior y también de la emoción que exista ante el trabajo que se realiza.
No son estos los únicos indicadores de mediación sino algunos de los más reiterados en la literatura sobre este proceso.
PROCESO DE MEDIACIÓN
El proceso de mediación se da en la interacción cara a cara de dos o más sujetos interesados en una tarea a realizar, en la que al menos uno juega el papel de mediador. En las actuales condiciones de enseñanza-aprendizaje creadas por las tecnologías de la información y la comunicación, las TICs, son el proceso mediante el cual una persona más capaz brinda ayuda para realizar una tarea empleando la tecnología; aunque las TICs per se no son un mediador.
El proceso de mediación se caracteriza por ser intencionado, de reciprocidad entre los miembros de un equipo y por ser una experiencia significativa que trasciende el aquí y ahora, lo que exige entre otras cosas regular (controlar) la impulsividad.
La mediación como proceso exige, además de autoevaluación de parte de los sujetos que aprenden, controlar el esfuerzo individual y colectivo y tener presentes etapas y resultados.
Todo proceso de mediación parte de la premisa científicamente comprobada de que es posible modificar las estructuras cognitivas y también por supuesto afectivas del sujeto, y que se propicia en la interrelación social. A más temprano mejor, pero nunca es tarde. La maleabilidad del sistema nervioso es tal que nos permite cambiar no obstante la edad, el grupo étnico, las costumbres culturales e incluso el síndrome que portamos. Ahí están las experiencias pedagógicas del doctor Feuerstein con niños deprivados culturalmente y Downs.
En resumen, la mediación es un estilo de interacción educativa no frontal ni impuesta, aunque sí intencionada, consciente, significativa y trascendente. Es acción recíproca entre al menos dos personas que comparten una experiencia de aprendizaje y en donde el mediador, por su nivel, acompaña y ayuda a la(s) otra(s) a moverse en su zona de desarrollo potencial dada su contribución entre otras cosas a que esta le encuentre sentido y significado a lo que hacen y se quiera lograr.
El aprendizaje mediado es condición y fuente para el aprendizaje directo, entre otras cosas porque contribuye a que el sujeto encuentre sentido y significado al objeto de conocimiento. Aunque un buen aprendizaje no tiene que ser necesariamente mediado.
No obstante, las investigaciones demuestran la necesidad de las experiencias de aprendizaje mediado para la educación de la generación net, dado entre otras razones, por la insuficiencia en puntos de referencia sociales y culturales que les permita trascender el aquí y el ahora en sus actividades habituales.
Las peculiaridades socio afectivas propias de los nets justifican modelos educativos donde la mediación constituya el estilo pedagógico de maestros e incluso de padres de familia. Sólo así es posible un acompañamiento que brinde las ayudas necesarias de modo oportuno y suficiente para crecer en este cambio de época.
Feuerstein es categórico: los niños que no han recibido suficientes experiencias de aprendizaje mediadas no están preparados para enfrentar los retos cognitivos, y yo agregaría ni afectivos, a los que se enfrentan cuando van a la escuela y, por ende, son incapaces de beneficiarse de la riqueza que ofrecen las experiencias del salón de clases. Incluso, aunque participen en actividades escolares interactivas, no son capaces de encontrarles un significado en la dirección socialmente válida.
1 Feuerstein está entre los líderes científicos más reconocidos de la psicología y la educación de los últimos años. Fue discípulo de Jean Piaget (paradigma cognitivo) en Ginebra, Suiza y estudió profundamente la obra de otro hebreo por el que siente profunda admiración: Lev S. Vigotsky (Paradigma sociocultural). Actualmente dirige en Israel el Haadassah-Wizo-Canadá Research Institute y el International Center for the Enhancement of Learning Potential. (www.icelp.org)
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