Con la crisis económica, países de todo el mundo generan políticas que benefician a sus conciudadanos desempleados donde los inmigrantes se ven claramente afectados. ¿Influye esto también a las empresas? El autor le da la vuelta al tema demográfico y vislumbra lo positivo de los inmigrantes en este entorno globalizado con un caso interesante.
José Ramón Pin Arboledas
En 10 años la población inmigrante en España ha pasado, de ser poco significativa, a constituir más de 10% de los 46 millones de habitantes según calcula el INE (Instituto Nacional de Estadística) español.
UN DESTINO ATRACTIVO EN SÓLO DIEZ AÑOS
Las razones de ese aumento han sido: a) el atractivo de ser una economía en crecimiento, con años en que ha superado el 4% de aumento del PIB y, por consiguiente, con la generación de un gran número de puestos de trabajo que había que cubrir; b) la pertenencia a la Unión Europea de algunos países como Bulgaria y Rumania, lo que da facilidad legal de entrada a sus nacionales en el territorio español; c) la cercanía geográfica de otros países como Marruecos y el área subsahariana; y d) la afinidad cultural y lingüística con Hispanoamérica. Todo ello ha hecho de España un lugar de destino atractivo en los últimos diez años.
La inmigración ha tenido efectos positivos. Ha roto la tendencia demográfica de decrecimiento de la población. Con una tasa de natalidad de 1.2 hijos por mujer en los años noventa, una de las menores del mundo, España no aseguraba la reposición natural de su población. La entrada de inmigrantes modificó las pesimistas proyecciones demográficas y ha supuesto un cierto rejuvenecimiento dada la edad media de los inmigrantes.
Otro efecto positivo ha sido el suministro de trabajadores que necesitaba una economía en rápido crecimiento. Con ello se han mejorado las cuentas de la Seguridad Social y los fondos de las pensiones públicas que siguen el sistema de reparto; es decir que los trabajadores actuales pagan las pensiones de los jubilados.1
Los efectos negativos han sido menores. Especialmente porque la inmigración española es aún, en su gran mayoría, de primera generación; al contrario que en otros países de Europa. No se han producido brotes xenófobos significativos ni guetos importantes de extranjeros. No obstante, hay cierta tensión social derivada de la presencia de inmigrantes clandestinos, contratados de manera ilegal, y algunos problemas de integración en pequeñas minorías o personas aisladas. En todo caso el balance hasta ahora ha sido sumamente positivo a favor de la inmigración.
Escribo este artículo en marzo de 2009, cuando la crisis se cierne sobre España y el desempleo casi se ha duplicado en 6 meses y sigue subiendo. Los más pesimistas calculan que llegará este año a más de 4 millones de desempleados, casi 20% de la población activa. Aunque los parados inmigrantes son una parte pequeña de la población desempleada, el crecimiento de su porcentaje de paro es casi el doble que el de los nacionales. Son menos los parados inmigrantes pero aumentan a más velocidad (IESE-Adecco, Euroíndice Laboral, 2009).
INTEGRACIÓN LABORAL DEL INMIGRANTE
La razón fundamental para emigrar a España ha sido buscar un mejor nivel de vida para el inmigrante y su familia. Por eso la integración inicial debe hacerse en el puesto de trabajo. El Centro de Investigación para la Empresa Latinoamericana del IESE (CELA) publicó el «Libro Blanco de la Mejores Prácticas Para la integración del Inmigrante en la Empresa Española» (2004).
Su conclusión es que no había grandes problemas en esa integración y que algunas empresas españolas se habían destacado con programas y esfuerzos en ese sentido como la cadena de restaurantes VIPs, la Cooperativa Agraria de Guisona o la cadena hotelera NH, entre empresas españolas, y Carrefour o Siemens entre las multinacionales. Casi todos los programas de integración de las multinacionales estaban incluidos en los planes de «Gestión de la Diversidad». Entre ellas, el último caso estudiado es el de Marco Aldany, una cadena española de peluquerías, en rápida expansión.
Se solicitan extranjeros
Creada en 1997 por dos hermanos peluqueros, Alejandro y Daniel, hijos de peluquero, Marco Aldany es una cadena de peluquerías, con sucursales propias y en franquicia, que sustituye a las típicas peluquerías de barrio. Sus horarios han roto la estructura tradicional del sector. Sus salones, unisex, abren temprano y cierran a las 10 de la noche, incluso en sábados y algún festivo. Ello facilita el acceso a sus servicios a personas que no tienen otro momento para acudir a arreglarse el cabello.
Los hermanos apostaron por la profesionalización del sector. Vieron que era inevitable un proceso de concentración y creación de marca entre los 65 mil salones que existían, más del 90% pequeñas empresas familiares. Líder en ventas y número de establecimientos, Marco Aldany contaba en 2006 con cerca de 3 mil trabajadores y una escuela de peluquería en España para formar a sus profesionales.
Entre 2004 y 2006 la escasez de profesionales, especialmente peluqueros para caballeros, fue uno de los cuellos de botella para su crecimiento. Por eso iniciaron un proceso de reclutamiento de extranjeros.
Lo que la ley permite
Los extranjeros pueden trabajar en España si consiguen el permiso correspondiente. Hay varios mecanismos: para los ciudadanos comunitarios y de otros países de Europa (Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega) basta el contrato de trabajo.
Los ciudadanos extra-comunitarios tienen dos modalidades: una, residir en España, de forma legal o mediante lo que se conoce como el «arraigo social» (que puedan demostrar, por ejemplo mediante informe municipal, que han estado más de tres años en el país de manera clandestina). Si la residencia es legal, basta una oferta de trabajo para ser dado de alta laboral. Si se demuestra mediante arraigo social, se requiere un contrato firmado por empleador y empleado de más de un año de duración. En ambos casos, una vez concedida la autorización administrativa, el empleador tiene que dar de alta al trabajador antes de un mes.
Otra forma de que un extranjero no comunitario trabaje en España es entrar desde el exterior a la Unión Europea con un contrato de trabajo, para ello requiere el trámite correspondiente en el consulado en el país de origen.
Este sistema cuenta a su vez con dos modalidades: a) el medio común, en el que el empleador busca un trabajador en el extranjero y le ofrece un contrato de trabajo y luego se tramita el expediente de entrada; b) el contingente, por el que el Gobierno establece un número de entradas en el país para las llamadas «profesiones de difícil cobertura». En ambos casos el visado de entrada a España se gestiona en los consulados de los países de origen.
Cada año el Gobierno fija el contingente de trabajadores en función de las necesidades estimadas y los ofrece a las empresas que lo requieren.
España contrata en perú
En 2006 la escasez de profesionales de peluquería era tal, que Marco Aldany decidió hacer uso de la figura del contingente y consiguió autorización para traer 50 peluqueros de países americanos.
Tras un intento fracasado en Bolivia, en 2007 conectaron con la embajada española y el Ministerio de Trabajo peruano. La elección se debió a la recomendación del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales español, gracias a un convenio entre estados que facilita la contratación de trabajadores peruanos.
En marzo de 2007, en el salón de la embajada española en Lima, se eligió, entre más de 600 solicitudes, a los 50 aspirantes a trabajar en España. Las escenas protagonizadas por los escogidos eran emotivas. Parecía que se les abría un horizonte de posibilidades para ir a trabajar a un país europeo, que por esa fecha era visto por muchos como el nuevo «dorado». Las televisiones peruanas recogieron todo y existen documentos gráficos que demuestran la ilusión de estos profesionales.
No obstante, las condiciones de trabajo no eran excepcionales. Los sueldos iniciales rondan los mil euros. Cifra que en su país de origen suena muy bien, pero para quienes conocen la vida en España es un sueldo inferior de la escala salarial. Sin embargo, la rápida expansión de la empresa ofrecía posibilidades de promoción importantes y una carrera profesional interesante.
Unos se adaptan, otros no
Entre junio y julio de 2007 llegaron 49 profesionales en tres grupos. Se organizaron acciones de integración en la compañía: curso de acogida de dos días; sesiones de introducción al mercado laboral; ayudas para tramitar documentos legales (tarjeta sanitaria, empadronamiento municipal?); asignación provisional a un salón; análisis de las deficiencias técnicas; cursos de formación técnica?
Un año después la opinión de los responsables de Recursos Humanos de la compañía era: «Hay de todo, algunos han resultado excelentes profesionales, a otros hemos tenido que ayudarles mucho, muy pocos no se adaptaron a la forma del trabajo en España y a unos cuantos habrá que decirles que no les renovamos el contrato? Todo se debe a que la rapidez de la selección y el sistema de contingente que no te deja contratar ad personam. Pero el régimen general es inviable. No podemos traer mil trabajadores en dos años uno a uno, o de diez en diez».
Muchos trabajadores estaban contentos. Algunos podían llegar a ser jefes de zona, con una progresión profesional evidente. Uno se regresó por razones familiares; no soportó la lejanía de sus hijos. Muchos expusieron que lo más difícil fue adaptarse al ritmo rápido exigido por la empresa, muy diferente del que estaban acostumbrados.
Anécdotas singulares fueron las de un profesional que pidió permiso para «echar las cartas a las clientes en el salón» como lo hacia en su salón familiar de Perú. Otro consideró que el encargado, por cierto colombiano, le había insultado porque le había dicho cariñosamente: tú y yo somos más viejos y debemos comprender a los jóvenes. Este trabajador dijo que llamarle viejo era un insulto, cosa que no lo es en España ni en Colombia, pero sí en su pueblo natal.
Haciendo escuela en perú
Cuando Alejandro analizó las dificultades que enfrentaba vio tres cosas: necesitaba profesionales para su expansión; España no se los proporcionaba al costo que él podía pagar y la selección apresurada en el extranjero no le daba las garantías para ofrecer la calidad que demanda el mercado español, que como país desarrollado cada vez invierte más en la imagen personal. ¿Qué hacer?
Echó a volar la imaginación y le surgió una idea que parecía brillante. Su desarrollo no estaba exento de dificultades, entre otras financieras, pero merecía la pena.
¿Por qué no crear una escuela de peluquería a la europea en Lima? Sería un buen semillero de profesionales, algunos podrían acabar su aprendizaje haciendo prácticas en España y en otros países donde pensaba expandirse.
Así se aseguraba un procedimiento de reclutamiento y selección mucho más fiable. Después del tiempo de formación y el de prácticas ya se sabría quiénes eran los alumnos técnica y humanamente más adecuados para ofrecerles trabajo en la empresa. El resto habría pagado su matrícula, con lo que se cubrían los costos de la operación; incluso, algunos podrían servir para crear una cadena de peluquerías propias en Perú o establecerse bajo la franquicia Marco Aldany siguiendo el modelo español.
El segundo trimestre de 2008 Marco Aldany anunció la apertura de una escuela de peluquería en Lima, primero mediante un acuerdo de licencia temporal con una escuela reputada de Perú. Se había localizado un edificio en una zona popular de Lima para instalar la escuela, una peluquería y las oficinas de la compañía cara a una próxima expansión mediante peluquerías propias y franquicias.
Este concepto de «escuela reclutadora» podía derivar, en la opinión de los hermanos, en un negocio autónomo dentro de Marco Aldany. No era sólo un sistema de reclutamiento se planteaba como un «centro de beneficios» que en el futuro podría ser independiente, si hiciera falta.
Además, ¿por qué no explotar esta idea en otras latitudes? Estaban pensando hacer lo mismo en Hong Kong cara al mercado chino o en Colombia, donde había muy buenos profesionales. De hecho ya tenían localizadas personas para hacer ambas operaciones. Realmente la operación Perú era más interesante por las perspectivas estratégicas que había abierto, que por su propia operativa. Todo debido a la necesidad de resolver un problema del área de Dirección de Personas: el reclutamiento de profesionales necesarios para la expansión.
CRISIS ECONÓMICA
Y DECISIONES POLÍTICAS
Pero la evolución de los entornos no es lineal. Aunque el negocio esté bien orientado, en un momento determinado las circunstancias externas influyen mucho. El sector de la peluquería sigue creciendo bajo la crisis. Una vez desarrollada la necesidad de una buena imagen física en una sociedad, el consumo derivado es imparable. Marco Aldany no sentía la crisis de la misma manera que el resto de la economía. Aunque la evolución del tique medio ha descendido levemente, el número de visitas ha crecido y el de establecimientos se mantiene. Puede seguir creciendo.
Los dos retos más importantes para la expansión de Marco Aldany eran: la financiación, en un periodo de contracción del crédito bancario, y el reclutamiento de profesionales.
La financiación se solucionó mediante la entrada en el capital de una compañía de «Capital-Venture». En realidad dos: los fondos de inversión MCH y Spirit. En MCH participa el grupo francés Natixis y el luxemburgués Quilvest. Entre ambos gestionan más de 3 mil 500 millones de euros en operaciones de todo tipo y sectores industriales y de servicios, Pymes y grandes empresas.
En la estrategia de la nueva Marco Aldany se incluye la diversificación en servicios de belleza personal bajo la marca paraguas: Chic Corporation. Se pretende solucionar el reclutamiento creando escuelas en diversas partes del mundo.
Pero, cuando más ilusionado se encontraba el equipo de la compañía con este proyecto, al que se habían unido nuevos profesionales de la dirección, el Ministro de Trabajo español anuncia que en 2009 busca que la contratación de profesionales en el extranjero: «se aproxime al punto cero».
La razón: el incremento del paro en España. El último trimestre de 2008 cerca de 600 mil trabajadores engrosó el desempleo. El catálogo de profesiones de difícil cobertura que en la provincia de Madrid constaba de 104 ocupaciones en 2008, se reduce a 52 en 2009. En el sector de peluquería sólo se admiten peluqueros de caballeros, que a pesar del incremento de su uso, es muy inferior a las necesidades de peluquería de señoras y las condiciones de autorización administrativa se volvieron cada vez más exigentes hasta hacer casi inviable la entrada de trabajadores para abrir nuevos salones. Además los desempleados del país, muchísimos del sector de la construcción, industrias y servicios relacionados con él, no están preparados para la peluquería y su reconversión profesional es dificilísima.
Como tantas veces, el entorno ha variado y las decisiones políticas influyen en la marcha del negocio ¿Cómo reaccionar ante esta situación? El juego está aún sobre el tapete. Al escribir este artículo aún no está claro qué ocurrirá.
Impulso al desarrollo
Hoy los negocios más insospechados están influidos por la globalización. Uno de sus aspectos es la contratación de todo tipo de profesionales. El mercado laboral es cada vez más global. Pero el mercado laboral difícilmente asume las políticas neo-liberales que tienden a liberalizar el comercio a nivel mundial.
Incluso zonas regionales creadas para la libre circulación de mercancías y personas, como la Unión Europea, tienen dificultades en regular e impulsar este aspecto de la globalización dentro de sus fronteras. Se ha avanzado mucho, pero aún queda un largo camino que recorrer. Un ejemplo es el reconocimiento de los títulos profesionales universitarios. El llamado Plan Bolonia de regulación de los estudios universitarios para todo el territorio de la UE, sufre resistencias corporativas por parte de estudiantes y profesores, aunque parece que al final se impondrá.
La libre circulación de profesionales a nivel mundial, con todos sus inconvenientes, es un camino para crear riqueza en todo el mundo, una propuesta arriesgada y de difícil implantación. Pero ahora que se habla del peligro de un nuevo periodo de autarquía económica, y de la necesidad de un nuevo impulso a la globalización comercial y a la circulación regulada de capitales para encarar la crisis, ¿por qué no pensar en un tratamiento similar para los profesionales, que son el recurso más importante para crear riqueza? ¿Por qué no eliminar barreras burocráticas que impiden a muchos profesionales aportar sus destrezas allí donde pueden dar más valor y, en consecuencia, aumentar la productividad mundial?
Eso repercutiría en bien de los países desarrollados y a la vez daría oportunidades a personas de otras zonas del mundo que ayudarían a sus países de origen mediante el fenómeno del co-desarrollo: el desarrollo inducido en los países de origen por los emigrantes al transferir divisas para sus familias y sobre todo aprendizaje, mentalidad de emprendimiento y técnicas de trabajo en su retorno.
1 El otro sistema es el de capitalización, en que cada trabajador ahorra para pagar su pensión cuando se jubile.
Bibliografía
IESE-Adecco, Euroíndice Laboral, publicación trimestral del IRCO-IESE (International Center On Organizations). Enero de 2009.
Ley Orgánica española 4/2000, de 11 de enero sobre derechos y libertades de los Extranjeros en España modificada posteriormente por las Leyes Orgánica 8/2000, de 22 de diciembre, 11/2003 de 29 de septiembre y 14/2003, de 21 de noviembre. Desarrollo reglamentario por Real Decreto 2393/2004, de 30 de septiembre.
Martín, P. Martín, M. Susaeta, L. y Pin Arboledas, J. R. (2009). «Marco Aldany: La belleza es nuestro negocio (A), (B) y (C)». Casos del CELA-IESE. IESE Publishing. Barcelona.
Pin Arboledas, J. R. López Soriano, L. Gallifa, A. (2004). Libro Blanco de la Mejores Prácticas. Para la integración del Inmigrante en la Empresa Española. CELA-IESE. IESE Publishing. Barcelona.
Real Decreto del Reino de España 240/2007, de 16 de febrero, sobre entrada, libre circulación y residencia de ciudadanos de los Estados miembros de la Unión Europea y de otros Estados parte del acuerdo sobre el Espacio Económico Europeo.