Soy psicólogo y trabajo para una consultoría, hace poco asesoré a una empresa sobre sus procesos de selección y observé que es imprescindible aplicar tests de aptitudes diferenciales para contratar obreros.
El jefe de Recursos Humanos me pidió que le enseñara –a él o a otro profesional– la forma de aplicar y calificar el test, pues la compañía no puede contratar un psicólogo por falta de medios económicos. Sin embargo, la empresa ya compró la prueba de aptitudes diferenciales. ¿Es ético y conveniente enseñar a cualquier otro profesional a aplicar dicha prueba?
Los asesores sugieren
No veo problema en transmitir esos conocimientos, a no ser que el acceso a ellos haya sido condicionado de algún modo explícito por los creadores de la prueba, y el compromiso asumido libremente por parte suya. Por otro lado, la prueba ya ha sido adquirida legalmente por la empresa, lo que significa que los diseñadores de la misma consienten en su divulgación. Sin embargo, lo que yo advertiría a sus patrones es que siempre hay niveles de interpretación, por ejemplo: una prueba de esfuerzo puede ser interpretada por un asistente sanitario, o por un cardiólogo, pero a muy distintos niveles.
Armando Reygadas
Abogado y especialista en ética de la empresa
Las diversas baterías de tests, así como su aplicación e interpretación, suponemos, son parte sustantiva de los activos de la compañía que los vende. De manera que quien conoce de esos procesos está obligado a guardar el secreto profesional. No sería ético hacer uso de esa información por dos motivos: se comete un plagio y, además, quien aplica y califica esos tests sin los conocimientos de fondo que se requieren, estaría cometiendo un fraude. Si el jefe de Recursos Humanos no quiere o no puede destinar recursos para hacer las contrataciones adecuadas, pronto sufrirá las consecuencias.
Pablo Riba Gargollo
Abogado y consultor de empresas
