¿Por qué en algunos países se conduce por la izquierda?

Los romanos tienen la culpa
A pesar de que a los europeos continentales les disgusta que los británicos circulen por la izquierda, todo parece indicar que era la convención más extendida en la antigüedad.
En la época romana, los carros circulaban por la izquierda en las calzadas del imperio, costumbre que perduraría durante toda la Edad Media. La razón: como la mayoría somos diestros y en aquella época era habitual ir armado, la gente prefería dejar pasar al que venía de frente por su derecha, por si fuera necesario usar la espada.
En el siglo XVIII, un factor económico y otro político, contribuyeron decisivamente al cambio. Por un lado, en Estados Unidos y Francia proliferaron grandes carruajes tirados por parejas de caballos para transportar mercancías. Como no disponían de asiento para el conductor, se montaba en el último caballo situado a la izquierda y con la mano derecha azotaba el látigo. Colocado así, era normal querer ver a los vehículos que venían de cara circulando por la izquierda.
En la Revolución Francesa se acabó la costumbre de manejar por la izquierda, deferencia reservada hasta entonces a la aristocracia. Las invasiones napoleónicas extienden la norma a los países ocupados. Algunos, sin embargo, se resistieron; tal es el caso del Imperio Austrohúgaro, Gran Bretaña y Portugal.
En 1835 se estableció la obligación de circular por la izquierda en todo el Imperio Británico –excepto Egipto, conquistado anteriormente por Napoleón–, a pesar de que el resto de países de Europa y América se inclinaba progresivamente a conducir por la derecha. Este cambio comportó situaciones curiosas, en la Columbia Británica y otros territorios anglófonos de Canadá, se circulaba por la izquierda hasta la Segunda Guerra Mundial, mientras que en Québec por la derecha.
En los primeros vehículos motorizados, el asiento del conductor se situaba al centro del vehículo. Más tarde, algunos fabricantes de coches decidieron moverlo a un lugar más cercano al eje de la carretera para ayudar a los conductores a tener cuidado con el tráfico en sentido contrario, mientras que otros lo desplazaron al otro lado para no dañar el vehículo en muros, setos, alcantarillas y otros obstáculos. Al final, prevaleció la primera idea.
Las ventajas de conducir en un lado u otro son cuestión de conformidad y uniformidad más que beneficios naturales o prácticos.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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