CINE: La vida de los otros. (Das Leben der Andere)
Director y guionista: Florian Henckel von Donnersmarck.
Ensayo
Reparto: Ulrich Mühe, Martina Gedeck, Sebastian Koch y Ulrich Tukur. Alemania,
Asomarnos a la vida de los demás es espiar nuestra propia manera de vivir. Esta es la invitación del realizador alemán Florian Henckel von Donnersmarck de 33 años en su ópera prima ganadora del Oscar y famosa por dejar atrás a la mexicana El laberinto del fauno de Guillermo del Toro.
Ubicado en la Alemania Oriental de 1984, cuando la policía secreta tenía una agencia llamada Stasi dedicada al espionaje de los civiles, el filme germano relata có mo tapizaban de micrófonos los departamentos para averiguar si sus habitantes eran traidores al régimen comunista o incitadores de algún levantamiento.
La ficción del filme resume en sus personajes la tragedia de todo aquel que deseaba experimentar la libertad y era víctima de la opresión y la amenaza de interminables interrogatorios que solían derivar en encarcelamientos de por vida. La paranoia se respiraba en el aire ante el miedo de que cualquiera podía denunciar un comportamiento sospechoso.
El agente Gerd Weisler (Ulrich Mühe), uno de los sabuesos más fieles al sistema y creyente de que el status quo debía continuar, es asignado a espiar al dramaturgo Georg Dreyman (Sebastian Koch), a quien los gobernantes tienen en alta estima pero dudan si realmente les es fiel de corazón.
Después de acordonar de micrófonos el departamento de Dreyman, Weisler se instala en un ático abandonado del mismo edificio para escuchar cada movimiento y conversación del escritor. Este pasa las noches con su novia Christa-María Grubitz (Martina Gedeck), una actriz asfixiada por el sistema opresor, que ha encontrado la manera de permanecer en los escenarios gracias a una relación de conveniencia con un alto oficial.
El corazón de la película está en cómo Weisler aprende de los pasos de Dreyman, y cómo escucharlo tocar al piano la «Apassionata» de Beethoven lo humaniza en su proceso de olfatear a la presa. Llega el momento en que el cazador debe decidir si se conformará sólo con escuchar o intervendrá directamente en la vida de su perseguido. Todo bajo la música intrigante de Gabriel Yared (El paciente inglés).
La vida de los otros está repleta de sorpresas que transportan del suspenso a la intriga, a una historia de amor imposible, para después convertirse en un relato sobre el encuentro de dos hombres con ideales distintos que se necesitan para entender cuál será su primer paso hacia la tan anhelada libertad. Es en las simplezas del comportamiento y en la fuerza y trascendencia de las palabras, donde von Donnersmarck forja su primera obra maestra.
Director y guionista: Florian Henckel von Donnersmarck.
Ensayo
Reparto: Ulrich Mühe, Martina Gedeck, Sebastian Koch y Ulrich Tukur. Alemania,
Asomarnos a la vida de los demás es espiar nuestra propia manera de vivir. Esta es la invitación del realizador alemán Florian Henckel von Donnersmarck de 33 años en su ópera prima ganadora del Oscar y famosa por dejar atrás a la mexicana El laberinto del fauno de Guillermo del Toro.
Ubicado en la Alemania Oriental de 1984, cuando la policía secreta tenía una agencia llamada Stasi dedicada al espionaje de los civiles, el filme germano relata có mo tapizaban de micrófonos los departamentos para averiguar si sus habitantes eran traidores al régimen comunista o incitadores de algún levantamiento.
La ficción del filme resume en sus personajes la tragedia de todo aquel que deseaba experimentar la libertad y era víctima de la opresión y la amenaza de interminables interrogatorios que solían derivar en encarcelamientos de por vida. La paranoia se respiraba en el aire ante el miedo de que cualquiera podía denunciar un comportamiento sospechoso.
El agente Gerd Weisler (Ulrich Mühe), uno de los sabuesos más fieles al sistema y creyente de que el status quo debía continuar, es asignado a espiar al dramaturgo Georg Dreyman (Sebastian Koch), a quien los gobernantes tienen en alta estima pero dudan si realmente les es fiel de corazón.
Después de acordonar de micrófonos el departamento de Dreyman, Weisler se instala en un ático abandonado del mismo edificio para escuchar cada movimiento y conversación del escritor. Este pasa las noches con su novia Christa-María Grubitz (Martina Gedeck), una actriz asfixiada por el sistema opresor, que ha encontrado la manera de permanecer en los escenarios gracias a una relación de conveniencia con un alto oficial.
El corazón de la película está en cómo Weisler aprende de los pasos de Dreyman, y cómo escucharlo tocar al piano la «Apassionata» de Beethoven lo humaniza en su proceso de olfatear a la presa. Llega el momento en que el cazador debe decidir si se conformará sólo con escuchar o intervendrá directamente en la vida de su perseguido. Todo bajo la música intrigante de Gabriel Yared (El paciente inglés).
La vida de los otros está repleta de sorpresas que transportan del suspenso a la intriga, a una historia de amor imposible, para después convertirse en un relato sobre el encuentro de dos hombres con ideales distintos que se necesitan para entender cuál será su primer paso hacia la tan anhelada libertad. Es en las simplezas del comportamiento y en la fuerza y trascendencia de las palabras, donde von Donnersmarck forja su primera obra maestra.