Las redes sociales más profundas, las que definen el desempeño de una persona u organización, siguen siendo las que se desarrollan de persona a persona.
Doctor en Sociología y Economía, Ned Smith es un ávido investigador sobre la conducta colectiva humana y el proceso de toma decisiones. Actualmente es profesor de Administración y Organizaciones en Kellogg School of Management y profesor invitado en el Instituto de la Complejidad del Noroeste. Su objeto de estudio son las redes sociales, pero no las virtuales, sino las originales, cara a cara. ¿Cómo se tejen las relaciones entre personas y cómo influye esto en el comportamiento social? Así, es un ávido defensor de la inteligencia colectiva como motor clave en la innovación, tema sobre el cual charló con istmo.
¿Cuál es el valor oculto de las redes y cómo ayuda a la innovación?
Cuando hablamos de innovación, creo que se nos ha vendido colectivamente un mito con respecto de su origen. El mito es que la innovación surge de las mentes de los individuos y que hay algunas personas que simplemente son excepcionalmente creativas. El resto de nosotros no crearemos cosas nuevas y diferentes, que muevan o cambien los mercados.
De hecho, hace poco en una clase di el ejemplo de que, si visitas Amazon o cualquier sitio de venta de libros en línea y buscas libros sobre creatividad e innovación, la gran mayoría de ellos hablarán de innovadores individuales. Muy pocos tratarán sobre equipos, grupos u organizaciones.
Cuando investigas de dónde vienen realmente la creatividad y la innovación, muy pocas veces lo hacen de un innovador individual. Más bien, se pueden asociar con una persona, pero invariablemente hay un equipo y, muy importante, un equipo diverso alrededor de esta persona. No me refiero a diversidad demográfica, sino a que son personas con diferentes tipos de información, conocimiento y con acceso a diferentes clases de recursos.
Lo que este equipo puede hacer es recombinar esos pedazos de información, esos fragmentos de conocimiento y recursos en algo que no se había visto antes y se vuelve visible en la interacción de quienes integran la red. En este sentido, el valor está en la red, que se alimenta de la confianza y de las conexiones que surjen del capital humano y del capital social. Finalmente, una organización es un sistema de procesamiento de información donde el valor se multiplica por las personas que conforman la red. A partir de la propuesta de Ned, es posible concluir que las organizaciones se pueden conceptualizar como redes sociales donde el intercambio de información se da en la relación, por los vínculos sociales que permiten construir una comunidad con un propósito en común.
¿Qué hay de las redes sociales en línea y su capacidad de construir redes conectadas al interior y al exterior de la organización?
Soy la persona menos indicada para preguntarle lo que es bueno y útil de las redes sociales. No estoy en Facebook, creo que he tuiteado tres veces en la vida y no estoy en Instagram.
Esto es porque las redes sociales en línea tienen muchas similitudes con las redes sociales cara a cara, pero cuando hablamos de manejar sistemas humanos, mucho tiene que ver con la naturaleza de la conexión entre las personas en sí. ¿Son amigos? ¿Son enemigos? ¿Son competidores? ¿Qué tan seguido están juntos? ¿Sus familias se conocen? ¿Tienen amigos en común? ¿Qué tipos de información comparten?
Existen matices y variables profundas en cuanto al tipo de conexión que tenemos, los cuales son importantes para predecir cosas como: ¿De qué naturaleza es nuestro intercambio? ¿Cuánta información va a fluir?
En las redes sociales en línea, la conexión muchas veces es muy superficial. Si veo mi red de LinkedIn, puedo tener miles de contactos y nunca he visto a 99.8 % de ellos.
A pesar de que la forma general de las redes en línea es muy parecida a la de las redes humanas, creo que aún hay mucho que podemos aprender y necesitamos poner atención acerca de las redes de humanos interactuando directamente con otros humanos.
Hablas sobre el impacto de la innovación y la creatividad en la efectividad y la productividad. ¿Qué hay de la adversidad? ¿Cuál es el papel de la red y la confianza en medio de la adversidad?
Uno de los mensajes que doy en mis conferencias sobre redes sociales es: muchas veces no podemos saber en dónde se encuentra el valor real en nuestra red. La razón de ello es que vemos nuestro primer grado de relación: sé quiénes son mis amigos, sé con quién estoy conectado, pero muy pocas veces puedo ver con quiénes están conectados ellos.
Esto significa que cuando necesito acceder a algo, cuando ocurrió una catástrofe o hay una amenaza, ya sea en mi vida personal, social o profesional, no sé dónde está la solución. Si está en mi red inmediata, ¡excelente! Sé exactamente dónde ir. Pero muchas veces, y en especial cuando ocurre un suceso grave que me han desestabilizado en lo personal, a mi organización, o a cualquier cosa que me interese… la solución podría estar por ahí. Alguien tiene la solución a mi problema, pero hay muy pocas probabilidades de que esté conectado directamente con esa persona.
Lo genial de las redes sociales es el concepto de «seis grados de separación». Hemos oído de ella, de hecho, se experimentó con ella por primera vez en la década de 1950. Los seis grados de separación consisten en que cualquier par de personas en el planeta está conectado en el sexto grado. En la época de las redes sociales y los medios digitales, el número ya se redujo a cuatro y medio grados.
En un momento de amenaza necesito tener acceso a alguna solución; tal vez sea una cuestión médica: necesito un tratamiento o tener acceso a los mejores médicos; tal vez sea profesional, mi organización está pasando por una experiencia y necesito encontrar a un líder de otra organización que haya pasado por lo mismo y pueda asesorarme. Con cualquier amenaza es muy probable que ya exista una solución. De ello deriva la importancia de desarrollar el capital humano y de manera deliberada enfocarse en el crecimiento del capital social de una organización.