Una empleada de la compañía donde trabajo se embarazó al poco tiempo de aceptar un puesto. Trabaja por honorarios, por lo tanto, no tenemos ninguna obligación patronal con ella. Sin embargo, no está afiliada al Seguro Social y no dispone de un seguro de gastos médicos privado. Tampoco es casada y el padre del niño evade por completo el asunto.
¿Como directora del departamento de Recursos Humanos, debería hacer gestiones para que la empresa cubra todos, o al menos algunos gastos médicos de la trabajadora?
Los asesores sugieren
1.Con la maternidad, la mujer es portadora del gran don de la vida y esta es su vocación más primordial. El misterio es de tal dimensión que toda sociedad –la familia especialmente, pero también la empresa y el estado–, debería agradecerlo y festejarlo, «hacer fiesta» ante tal acontecimiento. Puede hacerse otra consideración: con la gestación y luego con la maternidad se desarrolla fuertemente la personalidad de la madre por el particular y hondo contacto con el ser humano que se forma; en ella renace una buena actitud hacia el hombre en general de la que todos nos beneficiamos, pues mejora y ennoblece su capacidad de relación humana. (Confrontar la carta Mulieris dignitatem de Juan Pablo II).
Con este preámbulo, pienso que en su función de directora de Recursos Humanos, y reconociendo la plusvalía de esa empleada, no la deje sola y gestione las mejores prestaciones posibles, aunque por ley laboral la empresa no esté obligada a ello.
Sin duda, esta actitud tendrá resonancias favorables entre los demás empleados y colaboradores.
2. La frase «no tenemos ninguna obligación patronal con ella» es correcta y cierta. Sin embargo, puede esconder un positivismo jurídico que sostiene que algo es correcto desde el punto de vista ético por estar en la ley. Como directora de Recursos Humanos habrá que tener en cuenta no sólo la legislación sino también evaluar el trabajo de esa persona, su actitud, lo que ha aportado a la empresa y pensar más a largo plazo.
Es de desear que se le pueda ayudar teniendo en cuenta que una persona a la que se le tiene confianza y se le apoya en momentos difíciles luego se vuelve una incondicional de la empresa. El modo de disponer de recursos de la empresa para poder sufragar esos gastos, total o parcialmente, habrá que buscarlos en una partida de ayuda social que todo negocio debe presupuestar.