Los empresarios deben ser protagonistas de la economía inclusiva, y para ello necesitan hacer su enfoque emprendedor más cooperativo y solidario.
Desde su fundación, el IPADE Business School se ha propuesto formar empresarios con responsabilidad social que contribuyan a la transformación de la sociedad. En las aulas del Instituto se presenta una visión de la empresa y de la persona que contrasta con la narrativa de la económica neoclásica basada en el utilitarismo y en los supuestos del homo oeconumicus (hombre económico) introducidos por John Stuart Mill (1806-1873).
La economía neoclásica es una metateoría (es decir, un conjunto de reglas implícitas para construir teorías económicas satisfactorias) que tiene tres supuestos fundamentales que no están abiertos a discusión: 1) Los individuos basan sus decisiones en preferencias racionales que responden, en exclusiva, al interés propio; 2) Los individuos intentan maximizar su utilidad personal y las empresas maximizar las ganancias de sus accionistas; 3) Las personas son oportunistas y actúan de manera independiente sobre la base de información completa y relevante.
En contraste, en el IPADE se parte de distintos supuestos que intentan desarrollar en los empresarios una idea de la empresa que tenga a la persona en el centro y que incluya una visión amplia de la responsabilidad empresarial.
LAS INSACIABLES NECESIDADES SUPERFLUAS
En el tratado de antropología filosófica, Viaje al centro del hombre, Carlos Llano dice que hay dos tipos de necesidades: las naturales (las que requiere una persona para su subsistencia, por ejemplo, comer o dormir) y las superfluas (que son ficticias o fingidas, es decir, que las creamos para después satisfacerlas). Las necesidades naturales se calman: llega un momento en que ya no puedo comer o descansar más. Las necesidades superfluas, por ejemplo, tener el último modelo de smartphone, tienen la característica de nunca saciarse. Es decir, la acumulación de bienes para satisfacer las necesidades superfluas dispara la codicia.
Además de esta primera distinción de necesidades –naturales y superfluas– Carlos Llano diferenciaba los bienes entre nocivos y convenientes, estos últimos siendo los que le permiten al ser humano el ejercicio de la virtud. El término virtud significa fuerza, consistencia, aquello mismo que nos hace seres humanos.
Los griegos tenían un solo vocablo para expresar dos realidades que se confunden en la sociedad actual. El areté servía para expresar tanto la virtud, como el éxito. Un individuo exitoso era a la vez virtuoso. Por ello, el valor humano no se medía por los bienes materiales poseídos, sino por el vigor que trae consigo el hecho de vivir la propia vida.
El problema de la sociedad actual es que el éxito pareciera medirse en términos cuantitativos: tiene mayor éxito quien acumula o consume más bienes. Ésa es nuestra gran enfermedad: considerar como «éxito» lo que nos enferma. Por eso San Juan Pablo II llamó a la sociedad actual «la civilización de consumo». Para Henry Mintzberg, la glorificación del individualismo ha creado una edad oscura, donde la codicia se ha elevado a una especie de llamamiento supremo.
Carlos Llano afirmaba que para el pensamiento cristiano, que amplía los límites de la filosofía griega, los bienes necesarios son aquellos que aumentan nuestra capacidad de ser seres humanos, que «esponjan» nuestra naturaleza espiritual, que nos hacen ser más. San Juan Pablo II lo explicaba en su Carta Encíclica Sollicitudo rei socialis: «Los verdaderos bienes son los que le abren el horizonte al hombre». Los falsos bienes, por el contrario, son los que nos encierran, nos confinan en nuestra cochera, en nuestra pantalla, en nuestro smartphone.
Por eso Carlos Llano decía: «El retener para sí lo superfluo, es entonces optar por la primacía de las cosas sobrantes, en demérito de las personas que carecen de lo elemental y básico. Pero, así, la conclusión se quedaría a medias: tener lo superfluo es nocivo porque hay otros que lo necesitan. Quien retiene para sí lo superfluo no solo hace daño al que lo necesita, sino que, sobre todo, se hace daño a sí mismo, pues se impide el ejercicio de la solidaridad, que es justamente la virtud más valiosa del hombre.» Ahí está la clave del concepto de responsabilidad social que ha permeado a muchos empresarios que han pasado por las aulas del IPADE.
EL EMPUJE DE LA PIEDAD
La desigualdad y la exclusión que se vive en México nos señalan que no ha sido suficiente. ¡Hay que ir por más! Como lo explicó Rafael Gómez Nava, director general del IPADE: «No basta con lograr mayores niveles de crecimiento, es necesario crecer de manera incluyente. Los países serán viables en la medida que logren reducir los índices de desigualdad económica, educativa, y, especialmente, favorecer los accesos a oportunidades de desarrollo».
En noviembre de 2018 acompañé a un grupo de empresarios que viajaron a Roma para participar en el programa «Empresa, Crecimiento e Inclusión» que realizó el IPADE en conjunto con la Pontificia Universidad de la Santa Cruz. La idea era hacer un análisis y una proyección desde la Doctrina Social de la Iglesia.
En la sesión inaugural el P. Cristian Mendoza, profesor en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz y coorganizador del programa, definía el crecimiento inclusivo como un aumento sostenido en la productividad que genere oportunidades de empleo y reduzca la pobreza. Para lograrlo se requiere de tecnología, educación y acceso a recursos naturales. Ejemplificó el crecimiento inclusivo y sostenido con fotos de países asiáticos y contrastó a Tailandia con Ghana.
A mi derecha estaba sentado Enrique García, empresario de la Piedad, Michoacán quien, junto con su hijo, había asistido al programa. Mi reflexión en ese momento fue que, guardando las proporciones, la diferencia en niveles de innovación, crecimiento participativo y oportunidades entre La Piedad y otras zonas de Michoacán, donde reina la violencia, es casi equivalente a la que existe entre Tailandia y Ghana.
La Piedad, que en el siglo XX se caracterizaba por competir en el sector primario y por la producción textil (de ahí el nombre de su equipo de futbol: los Reboceros), se ha convertido en una ciudad en desarrollo, con una cultura empresarial innovadora que se ve reflejada en su industria, su gente y en oportunidades de progreso.
En la región de La Piedad existen sectores productivos consolidados como la industria cárnica, farmacéuticas veterinarias, agrícola (mediante invernaderos y macrotúneles), metalurgia, metalmecánica, además de los sectores tradicionales como la industria textil, artesanal y el comercio. Muestra de ellos son empresas líderes a nivel mundial como Grupo Nu3, Bafar, Grupo Delta, Lapisa, Farvet, Red Sun Farms, Turbomáquinas, Productos Metálicos La Piedad, Grupo Kasto, Girasolo y Glouu. Estas empresas compiten en un mercado global, exportando sus productos a Estados Unidos, Canadá, Centro América, Brasil, Medio Oriente y Japón.
Veamos, por ejemplo, el caso de Grupo Nu3, un conglomerado de compañías que conserva los principios de una empresa familiar con alto sentido social, pero que compite en el mercado global y transforma su entorno inmediato al generar más de 3,000 empleos directos y una importante derrama económica regional. Grupo Nu3 está compuesto por empresas como La Fuerte, dedicada al mejoramiento de semillas y a la comercialización de fertilizantes y agroquímicos; NU3 Alimentos Balanceados; GrandPet, dedicada a la producción de alimento para mascotas; Agrícola Maas, que produce y comercializa productos de hidroponía; Agropecuaria Piedadense que administra granjas porcinas; Bonnacarne que elabora y comercializa productos cárnicos y Pepe Filete una operadora de franquicias dedicadas a la venta de cortes de carne y embutidos.
En Grupo Nu3 no solo hay una clara apuesta por la innovación, el crecimiento y la eficiencia, sino que invierten en la calidad de vida de sus colaboradores y en proyectos de Responsabilidad Social. Uno de los valores que identifica a los dueños es la fe, que se observa en la congruencia en sus acciones y en un intento de alinear los valores de sus colaboradores con los del Grupo. Entre los proyectos de responsabilidad social destaca un taller dirigido a los cónyuges de sus colaboradores cuyo objetivo es mejorar el nivel social, moral y cultural de las familias, promoviendo la superación integral de la persona.
Grupo Nu3 invierte en sustentabilidad: reciclan, en promedio, 28,000 kilos de papel y cartón al mes, lo que equivale a la vida de alrededor de 38 árboles. En la planta de productos para mascota han realizado inversiones para disminuir las emisiones directas de CO2 en 8% por tonelada de producto elaborado. Lo que es más, en los planes a cinco años proyectan elaborar 90% de sus productos mediante energías limpias. Tienen una universidad que ofrece cursos, talleres, diplomados, certificaciones de educación básica, media y superior y una fundación que contribuye al desarrollo económico y social de la región con proyectos que brindan ropa, alimento y vivienda a grupos marginados de Michoacán.
Lapisa, otra empresa piedadense, compite exitosamente en el sector farmacéutico. Sus niveles de investigación y desarrollo no sólo están a la altura de las empresas europeas, americanas y asiáticas, sino que han tenido éxito con innovaciones que empresas alemanas no han conseguido. Grupo Delta, empresa porcicultora de la región que comenzó a engordar cerdos en los años 40 del siglo pasado, dio un salto al utilizar procesos de investigación y desarrollo en los 80, lo que le ha permitido diferenciarse y exportar sus productos a los mercados más competidos internacionalmente.
El crecimiento sostenido de La Piedad se ha visto reflejado en los niveles de empleo, sueldo y calidad de vida. Por poner un ejemplo, los sueldos agrícolas a destajo, que hace algunos años estaban en 800 pesos por semana, se han incrementado en más de 250% y a principios de 2019 el pago semanal se había aumentado a 3,000 pesos. Los empresarios se han unido en proyectos como la creación del CIJ, un Centro de Integración Juvenil para trabajar contra las adicciones; el CINCOM, que es Centro de Innovación y Competitividad que funciona como un incubadora de la ciudad para impulsar a jóvenes emprendedores. La UNIVA fue fundada por un empresario piedadense y hoy un patronato conformado por empresarios de la región, ha conseguido impulsar el campus de La Piedad.
MODELOS DE COOPERACIÓN
Estos ejemplos de coordinación y solidaridad nos señalan que la calidad del trabajo se aprecia con parámetros que no son cuantitativos como son la colaboración y el servicio. La mutua cooperación es una de las tareas más duras, pues implica el esfuerzo de cada individuo para sincronizarse con los demás, pero tiene como resultado organizaciones flexibles, musculosas, vibrantes. Lejos de moverse por el egoísmo, el utilitarismo y la hibris que promueve la narrativa de la económica neoclásica, los piedadenses muestran que es factible dar un giro para convertir a sus organizaciones en modelos de cooperación y de bien común.
El crecimiento inclusivo requiere de la solidaridad empresarial, pero también de su magnanimidad. La magnanimidad es una virtud propia de la actividad directiva, del empresario. Ser magnánimo implica aspirar a hacer más de lo que se tiene, se hace o se quiere. La magnanimidad se identifica con el afán de logro y superación. Es decir, el desarrollo del areté griego: éxito y virtud.
Enrique García, director general de Grupo Nu3 explica que su organización busca alcanzar el éxito: «Nuestras planeaciones estratégicas son a cinco años y cada año vamos revisándolas; sabemos a dónde queremos ir y ponemos nuestro mejor esfuerzo en lograrlo». Pero también requiere el desarrollo de la virtud de la solidaridad: «Tenemos gente muy buena en nuestras empresas. Somos una Empresa Socialmente Responsable, participamos en varios patronatos de la región y somos un puente entre la abundancia y la carestía, acopiamos ropa y enseres domésticos que distribuimos entre los más necesitados (…) a la hora que partamos de este mundo no nos vamos a llevar más que la satisfacción de haber tomado la estafeta en un punto y haberla avanzado a otro punto mejor de donde estaba».
En un país excluyente, con enormes retos sociales, necesitamos empresarios que miren más lejos y más alto. El crecimiento que incluye lo detonan directores que desarrollan virtudes como la solidaridad y la magnanimidad. La dignidad de nuestros colaboradores nos pide contar con una concepción de la persona que va más allá de su utilidad económica, social o productiva. Esta dignidad podría traducirse como empowerment, confianza o colaboración. Y para ello, el director debe asumir que sus colaboradores desean contribuir a los objetivos de la organización, hacer lo correcto y hacerlo bien, y que tienen la capacidad para innovar, aprender y generar oportunidades.
1 Según Mele y González Canton, John Stuart Mill no introdujo el término en latín del homo oeconumicus, sino que fueron sus críticos, a finales del S. XIX, quienes se lo atribuyeron a él. Melé, D. & González Canton, C. Human foundations of management. Understanding the homo humanus. Basingstoke: Palgrave Macmillan, 2014.
2 Weintraub, E.R. Neoclassical Economics [Online]. Disponible: http://www.econlib.org/library/Enc1/NeoclassicalEconomics.html. [Acceso 24 de mayo 2019].
3 Para el Diccionario de la Real Academia de la Lengua la codicia es el afán excesivo de riquezas. Es uno de los siete pecados capitales enumerados por Santo Tomás de Aquino; la Iglesia Católica lo define como un deseo desordenado de placeres o de posesiones. Catholic.net, «Son siete los pecados capitales». Disponible: http://es.catholic.net/op/articulos/7200/son-sietelos-pecados-capitales-orgullo-avaricia-gula-lujuria-pereza-ira-y-envidia.html#modal. [Acceso 27 de mayo 2019].
4 Llano, C. Viaje al centro del hombre. Biblioteca Carlos Llano. Serie Filosofía. Ediciones ECA, S.A. de C.V., México, 2018.
5 Op. Cit.
6 Llano, C. «¿Quién tiene derecho a los superfluo?». Istmo, 19 de marzo 2010..
7 Juan Pablo II. 1979. «Documento de Puebla III Conferencia del Episcopado Latinoamericano» Disponible: https://www.celam.org/documentos/Documento_Conclusivo_Puebla.pdf [Acceso 24 de mayo 2019].
8 Mintzberg, H., Simons, R. & Basu, K. Beyond Selfishness. MIT Sloan Management Review, 44, 67-74. 2002.
9 Juan Pablo II. Carta encíclica Sollicitudo rei socialis. 30 de diciembre 1987. Disponible: http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jp-ii_enc_30121987_sollicitudo-rei-socialis.html.
10 Llano, C. Viaje al centro del hombre. Biblioteca Carlos Llano. Serie Filosofía. Ediciones ECA, S.A. de C.V., México, 2018, p. 49.
11 Mendoza, C. Fe, empresa , persona y sociedad. Colección Acción Empresarial de LID Editorial Mexicana, 2018, p. 7.
12 Fuente: Página web Grupo Nu3. http://nu3.com.mx.
13 Redacción AM. «Afirma Empresario sobreempleo en el ramo invernadero. Entrevista a Alipio Bribiesca Tafolla». AM 10 de febrero 2019. Disponible: https://www.am.com.mx/noticias/Afirma-empresario-sobreempleo-en-el-ramo-invernadero-20180210-0106.html [Acceso 24 de mayo 2019].
14 Llano, C. Análisis de la acción directiva, 2nd edición. México: Lumusa, 1996.
15 Guerrero, E. «El secreto de Grupo Nu3». Círculo Rojo de México, 15 de septiembre 2016. Disponible: http://revistacirculorojo.com/grupo-nu3/ [Acceso 27 de mayo 2019].