Es un hecho que en el mundo, los partidos políticos y distintos movimientos sociales, tanto los llamados de derecha como de izquierda, tienden a moverse hacia el centro del espectro ideológico.
En México, durante los procesos electorales recientes, el PRD, el PAN y el mismo PRI, han ofrecido a la ciudadanía argumentos políticos de centro o, simplemente, no definidos como de derecha o izquierda, aun cuando en sus documentos de principios fundacionales estén planteadas esas tendencias.
La teoría de juegos puede ayudar a comprender el porqué de este fenómeno; para ello utilizaremos el siguiente ejemplo.
Imaginemos una playa muy larga. Las autoridades conceden dos permisos para instalar ahí puestos de refrescos, helados, etcétera. La pregunta es: ¿dónde montar cada puesto para que gane la mayor cantidad de dinero posible?
Por extraño que a mucha gente le parezca, el lugar ideal son los extremos, tal como indica la figura 1. Así, cada uno tendrá un monopolio sobre la mitad de la playa y podrán fijar los precios como quieran. Pensemos en el esfuerzo (calor, tumultos de gente, etcétera) que representa para una persona que está cerca de un puesto, trasladarse hasta el otro lado de la playa para comprar un refresco.
Figura 1
Puesto A |
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Puesto B |
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Centro |
Hemos indicado la posición ideal para ambos puestos; sin embargo, cada uno de ellos tendrá incentivos para acercarse un poco al centro, supongamos que lo hace el puesto B, como en la figura 2.
Figura 2
Puesto A |
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Puesto B |
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Centro |
Según el esquema, el puesto B conserva el monopolio sobre el lado derecho y le «roba» mercado al puesto A. Lo más probable es que éste reaccione moviéndose a la derecha, lo que ocasionará que, en poco tiempo, ambos ocupen el centro de la playa. Para cualquier bañista, representará exactamente el mismo esfuerzo ir al puesto A que al B, lo que provocará una guerra de precios entre ambos, y estarán en la peor situación posible.
LAS TRAMPAS DEL DISCURSO
Este ejemplo tan simple ayuda a entender por qué el movimiento de los partidos políticos hacia el centro aumenta, con la consecuente pérdida del monopolio el voto duro que cada uno ejercía sobre su mitad. Tal movimiento ocasiona que la ciudadanía vote cada vez más por razones pragmáticas o coyunturales, y no por razones ideológicas o de largo plazo.
Aunque lo anterior es cierto, debe reconocerse que no todo lo explica la teoría de juegos. El argumento que complementa la explicación anterior es: al mismo mercado, en este caso el electoral, no le interesa autosegmentarse o autodefinirse como de izquierda o de derecha. En otras palabras, los incentivos del mercado, por no mantenerse en los extremos del espectro ideológico o de la playa, son muy bajos.
Así, el caso del discurso del EZLN es paradigmático. Desde enero de 1994 siempre fue incluyente y, por lo tanto, de centro. Nunca se autodefinió como de izquierda y tuvo mucho cuidado de desmontar cualquier idea en ese sentido, de tal forma que se autonombró como un movimiento abierto de la sociedad civil.
Otro caso interesante es cuando alguna organización se autonombra con algún concepto tan general y de tal aceptación social, que hace prácticamente imposible atacarla, intentando monopolizar toda la playa o todo el mercado. Como los autonombrados ecologistas o demócratas, contra quienes nadie en su sano juicio político estaría en contra. En la ecología y la democracia cabe todo.
Las trampas discursivas y conceptuales suelen desmontarse con preguntas para operacionalizar tal idea, por ejemplo: ¿un ecologista está dispuesto o no a defender el aborto?
Tomar en cuenta la real politik es muy importante; bajo el argumento de que «todos caben» en la sociedad civil, se pueden manipular conciencias sociales y políticas bien intencionadas, pero al final ingenuas. Por ello, en las democracias consolidadas, la cultura política es fundamental: juega el rol de conciencia para acotar la toma de decisiones ciudadanas y electorales.
De cara a las elecciones de 2003, el ciudadano consciente deberá emitir un voto razonado y fundamentado ideológicamente, y no hacerlo sólo porque el gobierno en turno le resolvió su problema de higiene urbana, seguridad pública o empleo.
Ciertamente, en cualquier parte del mundo las razones inmediatas para emitir el voto siempre son de índole pragmática; sin embargo, en un proceso de transición como el que vive México, la cultura política debe permear con mayor fuerza a nuestra sociedad y así sentar bases sólidas y duraderas para el largo plazo.