Cuando se trata de talento, no hace falta ser un genio para ser genial

Entre los factores que están cambiando definitivamente el rumbo del mundo, ni siquiera el avance tecnológico pesa tanto como la transformación del factor humano.

 

El mundo está viviendo un cambio radical. No es una época de cambios, sino un cambio de época. Un punto de inflexión. El mundo ha cambiado muchas veces, y ahora lo está haciendo de nuevo. Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos.

La sociedad hasta antes de la pandemia evolucionaba a una velocidad sorprendente y nadie sabe a ciencia cierta a dónde nos llevan la revolución tecnológica, la globalización, la crisis sanitaria mundial y la irrupción de la Generación Z. Desde mi perspectiva, esta irrupción supone el salto generacional más determinante y agresivo de la historia próxima, por el modo en que socializan y por su modo de ver la realidad en todos los ámbitos de la vida.

 

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Descúbrete emprendedor: “Fabricio Guerrero, si lo quieres, lo consigues”

 

LA GENERACIÓN DE LA INMEDIATEZ
Creo que estamos viviendo el fin del mundo tal y como lo hemos conocido y vivido. La palabra «cambio» está gastada, desprestigiada. Es una palabra comodín de los políticos y publicistas. ¿Cómo reconocer cuando estamos ante un cambio verdadero? Creo que cuando éste llega, nos expone a un proceso de destilación, depuración, alquimia o metamorfosis que no tiene que ver con un «cosmético», para mejorar la fachada. Cambiar es desollarse vivo; por eso duele y es incómodo.

Tenemos que saber y asumir que esta nueva generación tiene un nuevo relato y nuevas necesidades que van de la mano de la tecnología. Ahora bien, esto no es solo un cambio tecnológico. Es una trasformación mucho más profunda que nos obliga a salir de nuestra zona de confort.

 

 

el trabajo para toda
la vida ha muerto, punto.
Estos jóvenes profesionales
son hijos de un mundo
sin fronteras, quienes
ya no buscan un trabajo
para jubilarse.

 

 

El trabajo para toda la vida ha muerto, punto. Estos jóvenes profesionales son hijos de un mundo sin fronteras, quienes ya no buscan un trabajo para toda la vida, aunque a muchos les sorprenda o incluso no lo entiendan. Esto supone un cambio del modelo. Las tendencias no se dirigen a retener, sino a otra modalidad, donde el oleaje de profesionales que pasan por un proyecto es mucho mayor. Hay que saber elegir al mejor, pero también dejar que éste se marche. Ya no hablamos de un colaborador, sino de un profesional al servicio de la sociedad, del mundo. Las empresas deberán adaptarse o no atraerán al mejor talento. Pero el talento, en buena medida, es una cuestión de insistencia. El talento no es solo inteligencia, es también actitud y aptitud como factores determinantes. No hace falta ser un genio para ser genial, ¿no?

 

 

 

 

La nueva generación vive en una dinámica de inmediatez, porque para ellos todo es rápido y fugaz. Pero claro, cómo decirles a los protagonistas de estos tiempos tan inquietos y curiosos, que en la vida prácticamente todo puede esperar. Que no pasa nada por detenerse a pensar, que nada va a cambiar y las decisiones que se tomen con seguridad serán mejores. El mundo digital no da espacio a esa pausa. Exige, apremia. Todo es inminente, urgente; todo es aquí y ahora. Esta experiencia ha condicionado su visión del mundo.

 

 

ya no hablamos
de un colaborador,
sino de un profesional
al servicio de la sociedad
y del mundo. Las empresas
deberán adaptarse
o no
atraerán al mejor talento.

 

 

Son jóvenes que son capaces de desligarse de los modelos, pautas, arquetipos y estructuras, y crear su propia horma para tomar sus decisiones y diseñar su carácter y estilo de vida. Son actores de un nuevo modelo de profesional, comprometido activamente en la consecución de un mundo más equitativo y sostenible. Una especie de «ciudadanía global» fundamentada en principios como la solidaridad, el altruismo, el compromiso y la sensibilidad social, etcétera.

En términos laborales, buscan empresas que trabajen de una manera diferente. Compañías que apuesten por la tecnología, que tengan un alto compromiso y responsabilidad social, principalmente con el entorno. Con misión trascendente. Ser una gran compañía ya no es suficiente para conquistar y seducir a los profesionales y explotar sus mejores versiones y talentos.

 

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Es necesaria la reflexión sobre este tema, puesto que hoy en día hay muchas empresas que buscan talento, pero las mejores quieren encontrar a buenas personas con talento. La particular fórmula del éxito de quien esto escribe para que las empresas atraigan talento joven:

1. Los jóvenes buscan empresas socialmente responsables y con misión trascendente.

2. Se implican en proyectos cortos donde puedan explotar su innovación y creatividad. Para ellos el trabajo ya no es a dónde uno va, sino lo que uno hace.

3. Sí al mentor, no al jefe. Solo con una mirada apreciativa lograremos mover sus corazones y veremos valor en esta nueva forma de interactuar con el mundo.

4. Ya no buscan un trabajo para toda la vida. Viven la vida profesional como si estuvieran jugando con la videoconsola, pasando etapas cortas y muy intensas.

5. Un consejo final: no contratéis por habilidades, contratad por actitud. Las habilidades siempre se pueden enseñar. Insisto, no hace falta ser un genio para ser genial.

 

 

 

 

Esta nueva promoción de profesionales, aunque no sea consciente, está escribiendo la historia del fin del mundo tal y como lo conocemos, impulsando cambios sociales profundos e intensos. Las empresas pueden ser catalizadores de cambios en la sociedad, sabiendo que el mundo, nuestro mundo, quizá nunca más será el que fue, pero tampoco es todavía el que definitivamente será. Nuestra empleabilidad ya no depende solo de haber alcanzado un cierto nivel de maestría en nuestra profesión.

 

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Ahora necesitamos estar siempre alerta y preparados ante los muchos cambios que con seguridad nos traerá el futuro. Comparto algunas sugerencias:

  • No pierdas el tiempo.
  • Mírate al espejo y pregúntate si te conoces. Tus luces y tus sombras. Analiza tus debilidades, fortalezas, intereses y motivaciones.
  • Piensa en tus logros y en elementos diferenciadores. ¿Idiomas, tecnologías, voluntariados? Mejora tu marca personal. Con seguridad tienes muchas más competencias de las que crees.
  • Define propósitos, ponte metas y objetivos que te ayuden a mejorar tu empleabilidad.
  • Piensa qué puedes aportar.
  • Piensa si estás bien formado. Quizá esta crisis sea una oportunidad para continuar tus estudios.
  • Mejora tu perfil en Linkedin. Linkedin no es copiar tu CV en esta red social profesional. Es bastante más complejo.
  • Comienza tu propia red de contactos. Networking. Estudia las empresas donde te gustaría trabajar.
  • Te recomiendo estar motivado. Coge tu vida por los cuernos y haz con ella lo que quieras, no lo que puedas residualmente. ¡Lo que quieras!

 

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No. 386 
Junio – Julio 2023

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