Por un México innovador

Pese a estar lleno de gente creativa y grandes retos, el sistema debe modificarse rápidamente para ser propicio a la innovación, so pena de quedarnos muy atrás en el desarrollo. Istmo charló sobre este tema con Marcus Dantus, CEO de Startup México.
¿Cuál es tu definición de innovación y cuál es el perfil de una persona innovadora?
La que más me gusta es la de generar procesos para crear nuevos servicios o productos que mejoren la vida de las personas; que satisfagan alguna necesidad de un cliente. Para mí es importante que culmine con la satisfacción de clientes. De hecho, para mí la invención no es innovación; la innovación viene al adoptar la invención.
Una persona innovadora es inquieta, inconforme, atrevida; se atreve a que se burlen de ella; típicamente tiene dotes de liderazgo. Diría que es capaz de improvisar, de observar, porque nota dónde hay necesidades.
¿Cuál es la relación entre emprendimiento e innovación?
Para mí un emprendimiento debe tener innovación, forzosamente. Emprender es crear algo tomando riesgos; si lo haces sin tomar riesgos, en realidad no estás emprendiendo, estás generando una empresa. Te voy a dar el ejemplo de una franquicia, aquella en que ya está todo hecho, tú nada más la pones. Sí hay un riesgo del lugar donde la ubicas, si pega o no, pero el modelo de negocio ya está definido, las compras ya sabes dónde hacerlas: no hay innovación. Un changarro tampoco tiene innovación. Para emprender hay que tener dos cosas: resolver una necesidad o un problema de alguien y tienes que hacerlo de forma diferente. Ahí es dónde está la innovación. No puedes emprender sin innovar, así emprenderás de manera exitosa.
¿México es un país innovador?
México no es un país innovador. Es un país que tiene muchísima capacidad de innovación. Somos un país increíblemente creativo, por ejemplo. Tenemos una gran base de científicos, pero todo el sistema, históricamente, los lleva a publicar, a generar ciencia básica y a quedarse en ella, no a aplicarla en el mercado y en la innovación. El Sistema Nacional de Investigadores te premia por publicar, no por patentar; entonces, no se patenta y no salen productos al mercado. No consideraría a México como un lugar innovador a nivel sistémico. A nivel individual, creo que los mexicanos somos muy creativos y tenemos una capacidad de innovación brutal y hasta más grande que cualquier otro país. Pero a nivel sistema, se ha inhibido esa creatividad y esa capacidad de innovación.
Por otro lado, México probablemente sea el país más emprendedor del mundo. Según la OCDE, es el país que más empresas nuevas genera en relación con las empresas existentes. Tenemos el chip de emprender; el problema es que típicamente el emprendimiento en México se queda en un changarro chiquito que no crece. De ahí todas las microempresas que existen y el problema es precisamente que les falta innovación y diferenciación. Si vas a una tlapalería, es el mismo modelo de negocio que la tlapalería de junto; no hay diferenciación entre ellos. Eso en parte se debe a la educación, porque nunca nos han enseñado a innovar. Hay técnicas de innovación que podrían explotar esta creatividad de los mexicanos, que es innata y potenciarla, para generar innovación. Eso es lo que nos falta: un sistema.
¿Ese sistema debe surgir del gobierno o de las empresas?
Es una alineación de muchas estrellas; es el gobierno trabajando con la industria. Por ejemplo en México todavía tenemos mucho proteccionismo de las industrias grandes, diversos monopolios, que no permiten la innovación porque no les interesa. Tenemos obviamente cosas dentro del sistema que no te dejan innovar. En la academia la innovación no está en el currículum vítae. No puede el gobierno destinar súbitamente 1,000 millones de pesos para innovar sin decirte cómo hacerlo, porque la gente recibiría el dinero y haría cosas que no son innovadoras. Se empiezan a dar los factores necesarios, no todo es mala noticia, somos mucho más innovadores y mucho más emprendedores que hace cinco años, pero nos falta todavía mucho camino.
¿Cómo ser innovador en un mundo globalizado? ¿Cómo tener ideas distintas cuando la información ya es accesible para todos?
En mi opinión, la era de la innovación apenas empieza. Imagínate, resolvimos el tema de la distancia, hoy podemos charlar de manera instantánea a través de WhatsApp, pero no hemos resuelto el problema del hambre, la escasez de agua, la contaminación, la educación desigual… los problemas realmente importantes. Ojalá que ahora, teniendo una conexión entre todos, podamos buscar un mundo más justo, más equitativo.
Debemos apostar por crear un planeta donde haya conciencia globalizada. En eso deberíamos trabajar. Esa consciencia es por el bien de la humanidad, no por el bien de una sociedad sobre otra. Si logramos eso, será mucho más interesante, tendremos un mundo mejor; si no, la globalización podría verse como algo negativo.
Ahora bien, todos los países tenemos distintas dificultades. Por ello la innovación es distinta. En un seminario en Estados Unidos creí tener una idea sumamente innovadora, afirmé “imaginen que pudiéramos encender el vehículo antes de estar en él, para que se vaya calentando, y luego nos subimos”. Todos me voltearon a ver y me dijeron “eso ya sucede en Estados Unidos, cuando hay nieve prendemos los vehículos para que se vayan descongelando”. Una necesidad que nunca se me había ocurrido, porque en México no la tenemos. Y viceversa, en México hay muchos problemas que no tienen en otros países; debemos enfocarnos en resolverlos… así es como innovamos. La necesidad es la madre de la innovación, no de la invención.
¿Por qué algunas ideas de negocio innovadoras pueden prosperar y otras no?
Aquí hay dos temas: uno es una idea innovadora y otro es un negocio basado en una idea innovadora. Para hacer un negocio necesitas muchas cosas: un equipo adecuado, capital de trabajo, resolver una necesidad, hacerlo con diferenciación, saber administrar, saber manejar un producto/servicio… una infinidad de códigos. Lo más importante, y no se puede medir, es estar en el lugar correcto en el momento correcto. Todo esto junto es muy difícil, de hecho casi nadie lo tiene. Pocas veces se conjunta todo esto y surge un Uber o un Facebook. Si, además, todo esto lo metes en un ecosistema hostil para el emprendimiento, como lo es México, se complica el panorama.
Emprender exige un entorno con personas dispuestas a colaborar, donde se tolere el fracaso, donde no haya demasiado riesgo, donde las empresas grandes compren a las chicas, donde los mexicanos compren cosas mexicanas. Si esto no pasa, obviamente el negocio no prospera.
Hay muchas razones internas y externas que hacen que prospere un negocio innovador; especialmente afectan a un innovador porque toma riesgos, porque no sabe las respuestas, no sabe siquiera si lo que está haciendo le va a gustar a alguien, a diferencia de un negocio no innovador, donde sabes que seguro gustará.
En temas de legislación, comentas que México ha mejorado sus condiciones para el emprendimiento. ¿Por qué?
Por varios factores; por ejemplo, en 2006 se instituyó la Ley del Mercado de Valores. Se crean desde 2005 unas 500 incubadoras, muchas universitarias, y se están generando más ideas y empresas. Hay una estrategia para crear nuevas empresas que se llama instant methodology, que se ha esparcido por todo el mundo, y que ya adoptamos en México. Enseña a la gente cómo emprender, basándose en la necesidad de un cliente específico. Tenemos apoyos gubernamentales, la ayuda del Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM).
También ha cambiado la cultura del mexicano; los jóvenes egresados ya no piensan únicamente en emplearse, ya están pensando en emprender. Tenemos una clase creativa mayor que hace 20 años, en proporción somos muchos más. Más de la mitad de la población es menor de 30, de hecho la media es de 27. Entonces hay mucho talento y el mundo ve con muy buenos ojos a México; nos perciben como un país con un futuro y potencial increíble. Los únicos que no vemos a México de esa manera somos los mexicanos.
En una empresa establecida, ¿cómo es el proceso de innovación?
Es curioso: en México, la empresa de repente crea un departamento de innovación, contrata a mucha gente que ya estaba en la compañía, los ubica en ese departamento y les dice: “innoven”, pero nunca les han enseñado a hacerlo. Hay técnicas que te llevan de la mano y además se puede innovar en cualquier cosa. Lo que yo recomendaría es, primero, tener el deseo de hacerlo. Es difícil innovar en un ambiente burocrático, la empresa debe generar el ambiente propicio en todos los departamentos, especialmente los que tienen contacto con los clientes. Sí hace falta un departamento de innovación pero con personas capacitadas para ello.
¿La innovación se aprende?
Por supuesto, es más difícil aprender a ser creativo, pero ya lo somos. Cuando juntas a tres o cuatro personas que tienen diferentes disciplinas, te sorprenderías de la creatividad que fluye en un ambiente propicio; ayudado esto con una técnica, mucho más. El problema es que todos ven las cosas de una sola manera, tenemos que cambiar el ángulo y la perspectiva, debemos verlo, por ejemplo, como el cliente, no como nosotros.
¿Cuál es la diferencia entre creatividad e innovación?
Creatividad no necesariamente resulta en un producto o servicio que beneficie al mundo; es un meme, son las porras del Estadio Azteca. Cuando sale la Ley de Tránsito que obliga a usar cinturón de seguridad, al día siguiente se venden playeras con el cinturón pintado: eso es creatividad, pero no es innovación. Innovación sería una alarma para que la gente recuerde el ponerse el cinturón o un sistema donde si no traes cinturón, el seguro no te paga. Mejorar la vida de las personas, el negocio de los seguros; eso es innovación.
¿La innovación en la empresa viene de los jóvenes o de la mezcla de generaciones?
Viene de ambas, yo creo que los jóvenes definitivamente tienen una manera diferente de ver las cosas y percibirlas, y hay que hacerles caso. Pero los adultos tienen madurez y experiencia que los jóvenes no poseen, saben hacia dónde llevar las cosas y entienden las tendencias. Es muy difícil que un joven comprenda una tendencia cuando todavía no ha visto que ha pasado. No creo que la innovación nada más venga de los jóvenes, pero sí podemos aprovechar muchas cosas de ellos: el sentido distinto de mover el entorno, su desesperación por cambiarlo, su cultura. Todo eso es importante. Por ejemplo, todas las innovaciones de los jóvenes son formas para hacer las cosas que ya hacíamos, todavía más rápido. Su cerebro se desarrolló de manera distinta debido al acceso a la información de manera inmediata. Yo quiero que le preguntes a un joven que vaya a una enciclopedia y busque algo… muchos no saben ni cómo hacerlo, no están entrenados para ello. Sólo los mayores que venimos de una enciclopedia y ahora estamos en Google, podemos imaginarnos la siguiente tendencia, para ellos es muy difícil pues consideran que Google es el final.
¿Cómo distinguir una tendencia en innovación?
Percibes cambios en las necesidades de la gente que es atendida por ese producto o servicio. Ahí puedes imaginarte la tendencia. Por ejemplo, hay una tendencia a que los autos se manejen solos, es clarísima. Hay una tendencia mundial a que la gente no compre nada, que lo rente. Esto se debe a los jóvenes. Si una empresa que vende autos no reconoce esta tendencia, la va a pasar muy mal. Casi todo lo que tiene que ver con innovación empieza, como el método científico, por la observación. Si realmente quieres innovar en una empresa, tienes que decidir innovar. Peter Drucker lo dice increíblemente: Lo que más trabajo le cuesta a los dueños de las empresas es dejar de hacer lo que les ha funcionado en el pasado.
Necesitas el deseo de innovar, hacerlo por gusto, no sólo porque es una tendencia. Segundo, tienes que contratar y capacitar gente experta en innovación. Tercero, debes hacerlo en un ambiente que propicie la innovación.
Me gustaría mencionar lo siguiente: la parte que más me emociona y más me entristece es que México ya no es un país tercermundista; es un país en transición. Somos un país con capacidad, que está en el momento idóneo para cambiar de una economía basada en maquilas, a una basada en conocimiento e innovación. Esto es lo que separa a grandes países de los países pobres. Nosotros estamos en medio; tenemos la obligación de exigir que se haga este cambio, porque si no, nos vamos a quedar muy atrasados y no tendremos otra oportunidad en donde todo embona: economía, talento, cultura… El momento es ahora, urge entender que la innovación no sólo viene de Europa y Estados Unidos, debemos generar más innovación, porque somos un país con más necesidades, nada más por eso.
El emprendimiento y la innovación nos darán un país mucho más competitivo, justo y equitativo. Si no lo hacemos, seguiremos siendo un país con gran inequidad, que eventualmente colapsará. La gente aguanta en México, pero habrá un momento en que no aguante más. Entonces, necesitamos cambiar de rumbo.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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