¿Cómo te describirías?
Me describo como una persona sumamente apasionada, a la pasión le debo los éxitos de mi vida profesional y personal. Este entusiasmo por vivir lo aprendí de mis padres, ellos solían infundirme ese ímpetu. Desde pequeño decidí que trabajaría en algo que me apasionara, jamás me desempeñaría en una labor que no me gustara o no me convenciera. Esa pasión me mueve más allá del éxito profesional o la remuneración económica.
Hoy en día soy embajador de Johnnie Walker en México, cargo muy emocionante que me permite tener mucho contacto con personas, cuya respuesta en ocasiones es positiva o negativa. Por ejemplo, hay gente a la que no le gusta el whisky o que prefiere otra marca, conversar con personas de gustos opuestos es sumamente enriquecedor, te enseña a hacer mejor tu marca y a ser mejor persona.
Yo vengo del mundo del vino y esta experiencia la traslado al mundo del whisky, que es igualmente vibrante. En ambos hay gran consistencia sensorial, preguntas como ¿qué percibes?, ¿qué emociones te evoca el degustar una buena copa de whisky? Toda esa vivencia sensorial es lo que me apasiona de mi trabajo.
¿Cuál es tu labor como embajador de Johnnie Walker en México?
Mi tarea, al igual que la del embajador de un país, es ser la imagen y representar a la marca de la mejor forma posible de cara a los consumidores y los medios. Esta labor demanda cuidar muchísimo los mensajes y las comunicaciones, también exige ser experto en el producto, conocer cada parte del proceso de elaboración, maridaje y estilo de vida del consumidor.
¿Qué hace especial a Johnnie Walker frente a su competencia?
Johnnie Walker es una marca icónica e histórica, que está por cumplir 200 años, pocas marcas pueden jactarse de semejante trayectoria. Mencionaré algunos datos impresionantes: en 1920 Johnnie Walker tenía presencia en 120 países alrededor del mundo. Muchas de las marcas que conocemos hoy en día, ni siquiera salían de su lugar de origen.
¿Cómo logró esto nuestro fundador, Alexander Walker? Al nombrar “embajador” al capitán de cada barco que zarpaba de Glasgow, Escocia; así, los embajadores de Johnnie Walker están presentes en la marca desde sus inicios. Cada capitán transportaba consigo diversas cajas de whisky para llevar la bebida a poblaciones lejanas. Para 1870, la marca tenía presencia en lugares como Australia o Sudáfrica.
La historia de Johnnie Walker es de éxito, aventura, crecimiento y progreso, por ello hoy en día es la marca de whisky más grande del mundo, es impresionante todo lo que hay detrás de una simple botella.
Otro dato importante es la labor del maestro mezclador que se asemeja a la de un perfumista quien, a través de diferentes esencias, consigue nuevos aromas. Así un maestro mezclador de whisky escoge maltas y barricas de diferentes regiones de toda Escocia hasta conseguir la mezcla perfecta; su objetivo es obtener un mejor sabor en una mezcla que sea mucho más que la suma de las partes o de los whiskys que la integran. Eso es para mí la definición del arte del whisky. En Johnnie Walker ha habido seis maestros mezcladores en 190 años. Su función es prácticamente vitalicia, los cuidamos como nuestro más preciado tesoro.
¿Qué personalidad tiene el consumidor de whisky y específicamente el consumidor de Johnnie Walker?
Yo no hablaría de una sola personalidad o carácter, existen tantas personalidades de consumidores como tipos de whisky. La versatilidad de esta bebida permite alojar diversas facetas del consumidor, desde la juventud hasta la edad madura. Quizá todos beban distintos whiskys dependiendo sus costumbres, hábitos y crianza. Muchas veces el hábito de consumo es de generación en generación.
La tendencia actual es beberlo en coctel. En específico el Johnnie Walker Green Label que hace un perfect match capaz satisfacer a un consumidor joven, acostumbrado a beber en los bares más trendy de Londres, París, Milán, México, Nueva York… O al consumidor que desea disfrutar su whisky en un ambiente más relajado y con la compañía de un buen libro. Esta es la versatilidad de la bebida.
¿Cuál es la personalidad del consumidor de Johnnie Walker Red, Black o Green? Cada etiqueta tiene su encanto. En el caso del Green Label podemos decir que es un whisky único en su género pues es pure malt, esto significa que sólo posee malta. No hay otro whisky de esta naturaleza en el mercado. Es una bebida para conocedores, para quien sabe de vinos, de gastronomía y quiere disfrutar de un whisky que pueda adentrarlo en el concepto organoléptico: de nuevos sabores, aromas y experiencias gustativas.
¿Por qué Green Label dejó México y hoy ve la necesidad de regresar?
Es una respuesta bastante técnica porque tiene que ver con el proceso de elaboración y abastecimiento. Durante cuatro años estuvo fuera del mercado porque no hubo suficiente producción. Hay que entender que se necesitan 15 años de añejamiento, lo que significa que, al momento de la producción, no podemos evaluar cómo será la demanda, esto implica una visión demasiado futurista.
La segunda razón de la escasez de producción es que dependemos de la producción de más de 15 destilerías de malta para producir un Green Label. El whisky de malta es de una destilación discontinua, es decir, tarda mucho más tiempo en los lotes de producción porque son mucho más pequeños y dependes de diversas destilerías. En conclusión hay escasez y complejidad en la elaboración de Johnnie Walker Green Label, por eso nuevamente lo defino como único en su género.
¿Cómo recomiendas beber el whisky?
En México enfrentamos el problema de la temperatura. El escocés no le agrega hielo a su bebida, sin embargo acá la temperatura es mucho más cálida, por lo que sugiero refrescar un poco la botella para tomarlo de la forma más escocesa posible. Yo suelo agregarle un poco de agua fría para que el whisky abra sus aromas.
También se le puede agregar un cubo grande de hielo, que además de enfriar reestablece la frescura del whisky, al soltar un poco de agua al diluirse, es importante evitar excederse en la cantidad del hielo.
Otra forma de disfrutarlo es con un poco de té y agua mineral. En Japón suele beberse con un vaso de agua natural, en Estados Unidos lo mezclan con trozos de jengibre, en Venezuela lo sirven con agua de coco. Cada país tiene su forma de disfrutar el whisky.
Como sommelier, ¿qué es lo que te apasiona del mundo del whisky?
Tener la posibilidad de compartir una experiencia gustativa y hacerle ver a la gente las bondades de un whisky como Johnnie Walker Green Label, disruptivo en sabor y aromas que evocan sensaciones.