Eva Figes
Jekyll & Jill. España, 2014
246 págs.
Creemos que la escritura es un proceso de reconstrucción, cuando en realidad se trata de una corrección. Escribirse es inventarse, así que escribes un nombre falso en el libro de registros de este hotel: «Nelly Dean»; y ya en tu cuarto, sobre el misterioso maletín lleno de billetes que has dejado encima de la cama, escribes en estos dos cuadernos que ahora leemos traducidos por la editorial Jekyll & Jill; también aquí, entre las palabras, podemos asomarnos a la ventana y ver el río y el puente que nos acerca a ese pueblo extraño donde no dejan de repetirse caras de gente que desconoces, donde pronto sus bocas de fantasma te convencerán de que sí te llamas Nelly.
Escribes porque, como has leído en uno de los libros que sacas de la biblioteca, muchos días no aportan nada, y si lo hacen, es más probable que lo hagan a través de estos mismos libros. Anotas el tiempo, el menú del restaurante, los largos paseos de tardes cada vez más cortas, el canto del pájaro que asciende sobre las flores, su vuelo adentrándose en la arboleda.
Escribes porque cuando la memoria se ha agotado, el sentido del mundo viene siempre después de las palabras.