Por el color del trigo

 
Toño Malpica ha escrito una historia inolvidable sobre la vida de Antoine de Saint-Exupéry, historia que, como El principito mismo, hará las delicias de los lectores de todas las edades (aunque lo mejor es advertir que, como El principito mismo, sus verdaderos lectores han de ser los niños, a quienes se les guiña un ojo cada vez que el travieso narrador hace chanzas de las personas serias que tienen trabajos serios, hablan de cosas serias y leen revistas serias, como nuestra querida Istmo, o sea de todos nosotros, la gente adulta).
Tonio ama volar y escribir. Ambas actividades le parecen una y la misma cosa. Más de una vez ha dado la vuelta al mundo en su avioneta, ha combatido en la Segunda Guerra Mundial y sus libros han merecido el reconocimiento del público y los mayores honores de la Academia Francesa. Pero el tenaz Bribonzuelo no dejará de peguntarle, en las situaciones más inesperadas, quién es su mejor amigo en el mundo, pues en realidad nada tiene mucho sentido si uno no es capaz de encontrar un mejor amigo en el mundo.
Bellamente ilustrado por el español Iban Barrenetxea, Por el color del trigo es un emotivo (y divertido) homenaje a la imaginación. Y también a la amistad, que, aunque a simple vista no lo parezca, depende de aquélla en gran medida.