Dice Miguel León en su artículo «La guerra por los puestos de trabajo», que la batalla que viene será por el empleo y que el desarrollo de los países se medirá por su capacidad para generar puestos que permitan a las personas desarrollar sus habilidades y ofrecer un futuro alentador a sus hijos. «El deseo primordial de la gente es tener un buen trabajo, todo lo demás viene después».
A pesar de lo escalofriante que resulta saber que en el mundo 1,200 millones de personas en edad productiva anhelan un trabajo bien remunerado, me sorprende gratamente esta segunda condición que habla de la evolución de la humanidad, ya no aspiramos sólo a sobrevivir, necesitamos participar en la creación de un futuro.
Sin embargo, ¿cómo incorporar a toda esa población creciente al trabajo? Por más que los gobiernos hagan su tarea, las economías aceleren su crecimiento y las empresas cumplan con su responsabilidad social, en el contexto actual suena a misión imposible.
Ahora que se cumplen dos años del fallecimiento de nuestro fundador, el doctor Carlos Llano, (5 de mayo de 2010), viene bien, como sucede con todos sus textos, recurrir a ellos en busca de alguna propuesta alentadora. Desde 1995, año en que publicó su libro La creación del empleo, Carlos Llano abordó el tema de frente e hilando ideas de muchos pensadores, ofrece caminos transitables.
Los graves problemas sociales como el desempleo, no suelen tener ni su causa ni su solución en la economía… se trata de un asunto antropológico. El problema, bien definido, no es crear empleos sino suscitar capacidades para que cada persona sea apta para dar más de lo que recibe, producir más de lo que gasta y contribuir al bienestar común.
El punto de arranque de esta decisiva afirmación –dice– es la capacidad del espíritu humano para impulsar el desarrollo, que supone no sólo aprovechar los recursos sino multiplicarlos… Un resumen de unas cuantas páginas de su libro habla de esa revolución social que sostiene que la primera capacidad creadora del hombre es la de crearse su propio empleo.
Junto a este tema, otros de interés candente. La sección Coloquio analiza el desprestigio mundial de la política, los partidos y los políticos y la necesidad de coherencia en la comunicación, asunto que abordaron varios especialistas en un congreso en la Universidad Panamericana, campus Guadalajara.
Marta Sánchez, desde Alemania, revisa las ideas del recién electo Presidente, quien afirma que la dimensión social de la libertad es la responsabilidad y que ésta supone ejercer el poder para contribuir al florecimiento y expansión de la libertad.