Pilar G.a Mouton Alex Grijelmo
Taurus. México, 2011
385 págs.
Los libros de Alex Grijelmo –escritos en solitario o en coautoría como en este caso–, son siempre una alegría para quien ama y disfruta con las palabras. Grijelmo les sigue la pista como un investigador acucioso: su genealogía, los lugares y épocas donde se asientan y hasta los olores y sabores que adquieren en sus andanzas.
Este tomo recoge una larga lista de vocablos moribundos y diagnostica, hasta donde es posible, las causas del padecimiento: sea porque los objetos o realidades a que se refieren ya no existen, porque resultan antiguas o pueblerinas, porque perdieron prestigio y las sustituyen unas más jóvenes o seductoras (otro de sus libros se llama La seducción de las palabras), o porque la efímera moda que las introduce con fuerza, las desaparece poco después.
Confía en que algunas de ellas resuciten y recobren fuerza en todo o en parte del mundo hispánico. Un claro ejemplo de resucitamiento es «azafata»; otra con posibilidades de sobrevivir es «alfeñique». A «mandil» y «aeroplano», en cambio, les dan pocas esperanzas. La nostalgia por los vocablos idos campea por todas las páginas, cierta ilusión por recuperar «la memoria de nuestras palabras más evocadoras».