Manuel García Morente
Encuentro, 2011
125 págs.
Ha sido una grata sorpresa. Por un lado, el título me atraía, es un tema al que le estoy dando vueltas (la relación inversa entre progreso y poder). Por otro, ¿qué me iba a decir de nuevo un filósofo acerca del progreso humano más allá de las naderías ilustradas de Ortega y Bergson?, ¿no será otra elucubración metateórica de ideas preconcebidas propias y ajenas sin conexión con la realidad ni la historia? Resulta que no.
Es un análisis certero, lúcido, brillante y esperanzador de lo que supone repensar el progreso humano a la luz de los avances de la técnica, hasta el primer tercio del siglo XX. Está escrito en 1932, hay que ponerse un poco en contexto para entender algunas de sus opiniones y optimismo metodológico. ¿Qué habría dicho Morente de haberlo escrito tras Hiroshima, Auswitch, el Gulag y la expansión del aborto?, ¿y si hubiese leído a Pierre Chaunú? Con todo, es mucho más lo que atrae que lo que pueda repeler.
El texto está bien escrito, construido con rigor y desarrollado con una lógica sencilla y contundente; útil para amueblar el cerebro. Atrae la apertura de miras, la sencillez y la ilusión de una mente clara en el inicio de su quehacer académico.
