Rofolfo Castro / Richard Zela
Axial / Colofón. México, 2010
26 págs.
No siempre hubo cuentos, porque no siempre hubo niños. Lo que llamamos infancia comienza en occidente en épocas recientes, antes los niños eran personas en ciernes, y la infancia una época que convenía superar lo antes posible. En esta línea puede inscribirse Zezolla, un relato gráfico que recoge la versión italiana del siglo XVII del que quizá sea el cuento más antiguo del mundo, Cenicienta. Desde el prólogo, Rodolfo Castro advierte que en esta versión no encontraremos «azucarillos»; es una historia a modo de las que servían de advertencia y enseñanza, y que se contaban junto a las hogueras para instruir a los niños de los peligros del mundo.
El texto es impactante, subraya imágenes misteriosas, oscuras y diluidas no sólo en los fondos de acuarela de Richard Zela, sino en la bruma textual que el autor imprime a su relato. Sin duda, una magnífica mancuerna para contar la historia de siempre, capaz de sugerirnos una época en la que lo fantástico era la única salida a la brutalidad que componía la realidad.
Recomiendo esta lectura a adultos de todas las edades, sólo recuerden no dejarla al alcance de los niños.