Sabina Berman
Planeta. México, 2011
284 págs.
Una mujer autista se transforma: de niña inmersa en el mutismo y la confusión, a magnate de la pesca del atún que pugna por el sacrificio sin crueldad y la preservación de la especie. ¿Cómo? haciendo de sus tres mayores limitaciones una virtud: no poder mentir, ser incapaz de fantasear y estar segura de que lo que sabe es mucho menos en comparación a lo que desconoce.
La autora revela los puntos ciegos y cojeras que conforman las numerosas discapacidades de las personas «normales». Asimismo muestra, sin eufemismos ni falsa conmiseración, la forma auténtica en que la protagonista encara un mundo que muchas veces no entiende y otras tantas le parece absurdo.
Porque cuando Karen «se fija en una cosa hace más que fijarse, se cae dentro de la cosa»; para ella no hay mentira más grande que la del postulado de Descartes «Pienso, luego existo» porque cree firmemente en el sutil arte de saber sólo existir y su felicidad es «sentir y pensar con los ojos y la piel y la lengua y la nariz y el oído». Sin duda, una historia entrañable sobre cómo conectarse con la vida y la naturaleza que deja claro el verdadero sentido del término «capacidades especiales».