El macabro negocio de matar

«Hay que defender de la muerte todo lo que es humano; hay que

defender al hombre de la muerte nuclear y de la muerte del hambre».

Juan Pablo II, 22/09/1984



EL ARTE DE LA GUERRA
Los Estados Unidos invadieron México en 1846, un conflicto que le costó a nuestro país la mitad de su territorio. Pocos norteamericanos se opusieron a ella. Entre las valientes excepciones destacó Henry David Thoreau (1817-1862). El filósofo se negó a pagar impuestos como gesto de desaprobación a esta guerra de conquista. En represalia, fue encarcelado durante un breve lapso. El escritor Emerson visitó a su amigo en prisión. Horrorizado al contemplarlo tras las rejas, se lamentó: «Henry, ¿qué estás haciendo tú aquí adentro?» Thoreau le replicó: «Ralph, ¿qué estás haciendo tú ahí afuera?»
¿Y nosotros? ¿Qué estamos haciendo contra la guerra? Las buenas conciencias vivimos muy cómodos sin pensar en los horrores y estupidez del armamentismo.
¿Por qué afirmo que es una estupidez? Suelto algunos datos casi al azar. Según la OMS, cada año mueren 57 millones de personas por enfermedades curables o de fácil prevención.1 Como es previsible, los decesos se concentran en África subsahariana y el Sudeste asiático. Por ejemplo, el tétanos mató a 300 mil africanos en 2008. Ese mismo año murieron 431 europeos por el mismo mal.2 El contraste resulta escandaloso. En África no se aplica la vacuna. ¿Cómo explicarle a una madre que su niño podría haberse salvado con una acción tan simple? ¿No les parece monstruoso? Y qué decir de la malaria que aquel año cobró 756 mil muertos en África.3 Morir de paludismo indica unos niveles de miseria increíbles.
Podemos atribuir esa situación a la corrupción e ineptitud de los dirigentes de ese continente. Los más jóvenes no sabrán quién fue Bokassa I. Se los cuento, el coronel Jean-Bédel Bokassa se hizo del gobierno de la República Centroafricana durante uno de los tantos golpes de Estado que aquejan esas tierras. Tras aburrirse de gobernar como dictador, el militar se proclamó emperador en 1977. Nuestro personaje gastó en su coronación –una ceremonia cursi y ridícula– la espeluznante cantidad de 20 millones de dólares de aquellos tiempos.
Estos desmanes fueron posibles gracias a la complicidad de los socios occidentales. Se trata por tanto de una responsabilidad compartida. Los países «civilizados» criticaron la impudicia del efímero emperador. Claro que sus críticas no les impidieron cerrar negocitos con él. Por si no sabían, Centroáfrica es rica en uranio.
Las primeras víctimas de los malos gobiernos africanos son los menores de edad. ¿Podemos culpar a los niños que mueren de tétanos por vivir en países gobernados por egoístas y ladrones? Evidentemente no.
NECEDAD DE LA GUERRA Y GASTO IRRESPONSABLE
¡Menuda irresponsabilidad de Su Majestad Imperial! Derrochar el presupuesto de un país subdesarrollado en una coronación de opereta fue una inmoralidad. ¿Puede haber mayor necedad?
Lamentablemente sí, gastar el dinero en armas para matarse los unos a los otros. Tirar el dinero en nimiedades como pajecitos y capas de armiño es grave. Pero gastarlo en armas va más allá de la moral más elemental.
La compasión, el perdón, el diálogo, la solidaridad son las acciones típicamente humanas. La guerra, en cambio, pone la razón al servicio de la fuerza. El arte de la guerra sustituye los argumentos con balas y da el triunfo al fuerte, no al justo.
Los gobernantes irresponsables no aquejan únicamente al África. España, Irlanda, Portugal y Grecia nos han sorprendido gastando por encima de sus ingresos. Pero la medalla de oro del campeonato del gasto irresponsable se la lleva Estados Unidos. Según entiendo, desde la época de Bush Jr., el gobierno norteamericano se dedicó a gastar y gastar sin incrementar los ingresos. Acumuló un déficit inmenso. Ahora se pagan las consecuencias. Y como en tantas ocasiones, los pobres y la clase media cargarán con el muerto. Por supuesto, los mexicanos estamos entre los damnificados de la crisis norteamericana.
¿Y en qué tanto gasta el gobierno norteamericano? Su déficit se debe, en muy buena medida, al gasto militar. En 2007, Estados Unidos gastó 570 mil millones de dólares en ese rubro.4 ¿Cuántas vacunas contra el tétanos podrían comprarse tan sólo con un millón de dólares?
Lo peor es que el conservadurismo estadounidense lamenta que el presupuesto federal destine 10% del PIB a programas de seguridad social (Medicare, Medicaid y Seguro Social) y únicamente 5% al gasto militar.5 Consideran inadecuado el monto para una potencia encargada de defender la libertad y democracia en el mundo. (Por cierto, ¿por qué a los políticos norteamericanos no les preocupa la intolerancia religiosa y el absolutismo de Arabia Saudita?).
Sin embargo, esto de 5% es engañoso. Hay importantes partidas de claro sesgo militar, que no suelen contabilizarse: las pensiones de los veteranos, el presupuesto de la CIA, el gasto en seguridad interior y un largo y tupido etcétera. Algunos piensan que, en 2009 los gastos militares integrados superaron 80% de los gastos oficialmente reportados.6
Con estos números no pretendo un análisis científico, sino llamar la atención. Pongamos las cifras de esta manera. Una hora de vuelo de la Fuerza Aérea de EUA cuesta 23 mil 800 dólares.7 Coloquemos esta cantidad al lado de los 2 mil 500 millones de personas que sobreviven con menos de 2 dólares al día. ¿Les parece razonable?

ARMAMENTISMO Y LEGÍTIMA DEFENSA
La legítima defensa es un derecho de los países y de los individuos. Pero, insisto, no entiendo la violencia. Somos excesivamente tolerantes con la guerra y el terrorismo. Tal vez en otro tiempo la guerra se ceñía a normas éticas elementales, como el respeto a la población civil y a los heridos. Se podía hablar, posiblemente, de legítima defensa; los castillos construidos en Europa para defenderse de las incursiones vikingas pudieran, acaso, ejemplificarla. La pregunta es si los presupuestos militares cumplen esa función. El mundo cuenta con misiles nucleares de sobra para exterminar a la humanidad. ¿Para qué tantas bombas? ¿Para disuadir al enemigo potencial?
El mercado de armas se pliega a los mandados del consumismo. Si la demanda baja, se incentiva. Vender armas es un gran negocio. Los países gastan más allá de lo que resulta razonable para su legítima defensa. La iniquidad de algunos políticos llega al extremo de inventar guerras.

BRUEGHEL «EL VIEJO»
¿Cuánto hubiese progresado la medicina con los recursos dedicados al desarrollo de armas? Tal vez el cáncer y el SIDA estuviesen controlados. El absurdo no tiene límite.
Busquen en internet el óleo El triunfo de la muerte de Brueghel «el Viejo». El Prado exhibe el original, pintado hacia 1562. Ejércitos de esqueletos masacran a la humanidad; nadie escapa de la muerte, ni los enamorados, ni los ricos, ni los pobres, ni los sacerdotes, ni los sabios.
La muerte arrasa con todos. Sin embargo, existen diferentes maneras de morir. Toda muerte es dolorosa e incomprensible. Pero no es lo mismo morir de viejo, en una cama, acompañado de cariño, con medicinas y consuelos, que morir con la cabeza abierta por una bomba o el vientre destrozado por una bala.
«En la paz, los hijos entierran a los padres —escribió Heródoto—; en la guerra, los padres entierran a sus hijos». Como profesor, he asistido al funeral de adolescentes. El dolor de los padres es infinito. Nos rebelamos ante esas muertes inesperadas y, en cierto sentido, antinaturales. Pues la guerra multiplica ese absurdo ad infinitum.
¿Qué hacer? No lo sé. Sólo se me ocurren dos ideas. La primera, casi boba, manejar mi automóvil como persona civilizada y no como un guerrero. La segunda, escribir contra la guerra, porque el silencio de un escritor sería una complicidad con los señores de la guerra. ¿Y ustedes qué harán?
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1 http://www.who.int/gho/mortality_burden_disease/en/index.html [consultada el 11/08/20011 a las 19:44]
2 http://www.who.int/gho/mortality_burden_disease/en/index.html [consultada el 11/08/20011 a las 19:53]
3 http://www.who.int/gho/mortality_burden_disease/en/index.html [consultada el 11/08/20011 a las 19:53]
4 http://www.eluniversal.com.mx/finanzas/60413.html [consultada el 10/08/2011 a las 13:14]
5 Ernest Istook, «El deber constitucional de defender Estados Unidos», http://www.libertad.org/el-deber-constitucional-de-defender-a-estados-unidos/ [consultada el 10/08/2011 a las 13:21]
6 http://www.centredelas.org/index.php?option=com_content&view=
article&id=448:el-gasto-militar-de-estados-unidos&catid=42:economia-de-defensa&Itemid=63&lang=es [consultada en 10/08/2011 a las 13:49]
7 http://sitrep.globalsecurity.org/articles/110802785-defense-cuts-vs-military-flexi.htm [consultada el 10/08/2011 a las 13:59]

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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