Una simpática estatua de Mafalda, en tamaño «natural», con un vestido verde claro, aparece ahora «sentada» en una banca frente al domicilio que habitó Joaquín Lavado –el reconocido Quino– en la esquina de las calles Chile y Defensa. A pocos metros del umbral del edificio donde el historietista se sentaba a cavilar sobre el mundo y sus circunstancias.
También se develó una placa con la leyenda: «En esta casa “vivió” Mafalda». La obra es de resina epoxi, reforzada con fibra de vidrio, muy resistente y con los colores incluidos. La intención es que la gente pueda sentarse e interactuar con el personaje.
La escultura, obra del artista Pablo Irrgang, es parte de un extenso homenaje a Quino en Buenos Aires quien recibió además, la primera Medalla del Bicentenario, entre las 200 con las que se reconocerá a ciudadanos ejemplares de la metrópoli.
El escultor releyó las tiras para inspirarse y se reunió con Quino para evaluar los detalles, «él sabe muy bien lo que quiere».
Mafalda nació en 1963 como parte de una campaña publicitaria para una empresa de electrodomésticos que no llegó a realizarse. El personaje debía pertenecer a una familia típica de clase media y su nombre incluir las dos letras de la marca (una M y una A). Quino dibujó a Mafalda entre 1964 y 1973 y sus tiras, que se publican en países tan distantes como los centroeuropeos, Japón, Corea y Taiwán, muestran su habilidad para radiografiar los problemas del mundo. Pronto empezará a editarse en Tailandia e India.
El Castellano
16/VIII/09