Es ampliamente conocida la anécdota de que el famoso pintor holandés, Vincent Van Gogh, en un ataque de locura, se cortó la oreja con una navaja para ofrecérsela a una meretriz.
La oreja de Van Gogh se convirtió en un símbolo que identificaba el valor de sacrificio del artista. Dos historiadores de Hamburgo, Hans Kaufmann y Rita Wildegans, investigaron durante 15 años para determinar lo que realmente sucedió esa noche del 24 de diciembre de 1889 y concluyen que «El artista Paul Gauguin fue quien le cortó la oreja con un sable al famoso pintor Vincent Van Gogh, durante una disputa en la puerta de un prostíbulo en Arles, Francia».
En La oreja de Van Gogh: Paul Gauguin y el pacto del silencio Kaufmann y Wildegans argumentan que la historia de la locura de Van Gogh fue para encubrir a Gauguin. Ello contradice las teorías de los filósofos Georges Bataille y Antonin Artaud, quienes forjaron el mito de aquella noche y defendieron el gesto de Van Gogh, a quien califican como un artista realmente comprometido e inclasificable. La versión que divulgaron es el testimonio dado por Gauguin a la policía: en un arranque de locura, el artista cortó el lóbulo de su oreja izquierda con una navaja de afeitar y lo envolvió en una tela para entregársela a Rachel, una prostituta del burdel que frecuentaba.
Kaufmann y Wildegans revisaron la correspondencia que el pintor intercambió con su hermano, el marchante Théo, a lo largo de su carrera; luego de analizar 652 cartas que Van Gogh dejó como testimonio de una biografía terrible y audaz, encontraron una pista que les permitió fundamentar sus conjeturas. En una carta el artista escribió: «Por suerte Gauguin… no está armado con metralletas u otras armas peligrosas».
Biografías, novelas y una película, retratan el desequilibrio mental que supuestamente orilló al artista a automutilarse. ¿Por qué callaron Van Gogh y Gauguin tal incidente? A juicio de Hans Kaufmann, ambos sellaron un pacto.
El pacto con Gauguin
Según la hipótesis, la pelea surgió porque los artistas se disputaban a la misma mujer; luego de que Van Gogh le arrojara una copa de vino, Gauguin habría arrancado su oreja de un espadazo limpio –era maestro de esgrima– aunque los autores aseguran que pudo blandir otra arma.
Sostienen que Gauguin no pretendía matar a su amigo, pero las cosas se salieron de control. Su acción podría haber llevado a la cárcel a Gauguin, quien salió precipitadamente de París. En otras circunstancias, el sueño de Van Gogh de formar una colonia artística en el sur de Francia con su colega, se habría esfumado. Meses atrás, el pintor rentó «La casa amarilla» e hizo un llamado a un grupo de artistas –al que únicamente acudió Paul Gauguin– para formar círculos de discusión y convivencia.
El incidente tuvo un efecto dramático en la vida de Van Gogh y año y medio después, en 1890, se dio un tiro en el pecho y murió. Por su parte, Gauguin se mudó a Tahití, en el Pacífico Sur, donde produjo la mayoría de sus cuadros más famosos.
Aunque los investigadores no pueden aportar pruebas definitivas de su tesis, su versión de 392 páginas se apoya en documentos policiales, noticias de la prensa y los archivos municipales disponibles.
