¿Para evadir aranceles?

Mi empresa necesitaba nuevos y mejores proveedores y solicité una investigación al gerente de compras y adquisiciones. Encontró una compañía extranjera que puede suministrarnos dos productos de muy buena calidad, con precios bajos y una forma de pago muy conveniente.
Uno de los productos no goza de preferencia arancelaria para el acceso a nuestro país y el otro sí, norma que me parece bastante ilógica, y nos obligaría a pagar un porcentaje sobre el valor de la factura que representa un desembolso importante. El proveedor nos propone que en la factura se declare sólo el primer producto. El segundo sería etiquetado y envasado en forma idéntica al primero para ahorrarnos esos impuestos y firmar contrato con la compañía extranjera.
Aunque hemos seguido buscando cotizaciones nacionales no hemos podido conseguir precios más accesibles. ¿Es válido?
Los asesores sugieren
Pienso que deben ustedes continuar la búsqueda de buenos proveedores. Lo que el proveedor recientemente localizado sugiere es claramente fraudulento y muy riesgoso: No es válido.
La buena noticia es que sólo uno de los productos se encuentra gravado en exceso y el otro se puede importar  ya de inmediato. Ante el absurdo real o sólo aparente de ese gravamen excesivo quizá fueran viables algunos recursos del derecho. Consultar a un buen agente aduanal podría ayudarle.
Armando Reygadas
Abogado y especialista en ética de la empresa
Cometer engaño o fraude siempre será éticamente inválido. Esto sucede si se etiqueta, envasa y declara un producto por otro. Además, el daño para la empresa y el proveedor, si son descubiertos, puede rebasar con mucho el bien de conseguir productos de bajo costo.
Lamentablemente el espíritu de nuestros aranceles y leyes muchas veces no busca mejorar la competitividad en las empresas, circunstancia y miopía que invita a buscar caminos no éticos que fomentan la corrupción. Sin embargo, eso no justifica el acto de introducir productos al país mintiendo sobre sus características u origen.
Invitaría al interesado a optar por el producto nacional con mejor precio, y a plantear este problema a su Cámara correspondiente, con el fin de cabildear con autoridades la desregulación de ese arancel o buscar opciones al respecto. A las autoridades las invitaría a analizar los efectos perversos que leyes y regulaciones tienen sobre ciertos productos.
León Cordero
Profesor de ética de la empresa
La propuesta del proveedor, dentro de la aparente ventaja que parece sugerir, revela un modo de proceder que, en el mejor de los casos, abre dudas sobre la confiabilidad que merece.
Hoy me propone a mí, comprador, un recurso que entra en la categoría de «fraude» al fisco. ¿Qué me garantiza que mañana no sea yo mismo objeto de una maniobra semejante, y me llegue a vender «gato por liebre»? Lo que esa compañía extranjera debería procurar –mejor aún si lo intenta en esfuerzo conjunto con sus clientes– es tratar de resolver la inequidad con que los distintos productos son tratados desde el punto de vista de los aranceles, para lo que no contribuye en nada que el comprador esté dispuesto a la artimaña que propone.
Como comprador, es importante que yo clasifique a mis proveedores no sólo en función de la calidad de sus productos o del precio o facilidades de pago, también en función de la transparencia de sus operaciones. No creo que, en este caso, la empresa proveedora saliese bien librada en términos de compliance, ni tampoco estoy seguro de que estuviera dispuesto a compartir responsabilidades consecuentes en caso de que el fraude fuera descubierto.
Tomás Viracocha
Consultor de ética empresarial

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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