10 Competencias para el liderazgo

Creciendo como líder
Pablo Cardona y Helen Wikinson
EUNSA. España, 2009
224 págs.
Desarrollar iniciativa creativa, trabajar en equipo, gestionar conflictos… son competencias de un ejecutivo que gravitan alrededor de la capacidad de cambio personal. La clave está en luchar cada día por incorporar nuevos hábitos positivos en el trabajo.
Comentario de Enrique Cerón
Licenciado en Letras Hispánicas y psicoterapeuta
Lo más atractivo del libro Creciendo como líder de Pablo Cardona y Helen Wilkinson es la combinación entre la explicación teórica de las 10 competencias que más valora un directivo que busca contratar graduados de MBA y los testimonios de directivos de importantes empresas que ejemplifican su puesta en practica y dan vida a la exposición.
A partir de encuestas entre empresas líderes y actores del mundo de los negocios los autores encontraron las 10 competencias más importantes para desarrollar el liderazgo que se requieren a nivel directivo y las ponen como una guía al servicio del lector.

COMPETENCIAS LÍDERES

Como competencias se entienden los comportamientos observables y habituales que conducen al éxito de una tarea o función. Al no tratarse de rasgos de personalidad, ni conocimientos aislados, estas se puede mejorar a través de la práctica. Aquí la selección de las más buscadas:
1- Iniciativa creativa. Se trata de una búsqueda constante de pequeños cambios que hacen más eficientes las tareas. Ideas innovadoras, adaptabilidad y apertura al cambio representan beneficios para las empresas en un mundo cada vez más competitivo.
2.- Toma de decisiones. Tomar las decisiones correctas en el momento adecuado significa escuchar a los involucrados, ser prudente y no posponer.
3.- Comunicación. Saber escuchar, saber preguntar, saber pedir para poder transmitir ideas con eficacia.
4.- Empowerment. El líder debe favorecer que las personas a su alrededor se conviertan en propietarios de su trabajo al repartirles las responsabilidades y con seguimiento y capacitación.
5.- Orientación al cliente. Satisfacer las necesidades de los clientes, incluyendo a los trabajadores, clientes internos del trabajo del directivo.
6.- Integralidad. El factor ético es fundamental para obtener el respeto y confianza de los otros, es un bien que los líderes deben cultivar y conservar.
7.- Trabajo en equipo. Saber liderar grupos de trabajo en un entorno de cooperación, comunicación y confianza entre los miembros.
8.- Resiliencia. Ser dúctil para hacer frente a la presión o los fracasos permite volverse más fuerte en el proceso a través de la experiencia.
9.- Gestión de tiempo. Priorizar, programar y llevar a cabo los objetivos y actividades a tiempo, permite al directivo cumplir lo mismo sus objetivos laborales como personales.
10.- Gestión de los conflictos. El diagnóstico, tratamiento y solución de conflictos interpersonales de forma rápida y a fondo es una herramienta fundamental para el manejo de grupos.
Estas son las 10 competencias más importantes para llevar a cabo funciones ejecutivas. Sin embargo, los autores reservan un lugar para una onceava sobre la cual se construyen las demás: la capacidad de cambio personal. Cambio que, señalan, consta de tres etapas: aceptarlo, interiorizarlo y finalmente convertirse en agente de cambio.

DIAGNOSTICAR PARA DESARROLLAR

En las organizaciones, el cambio es necesario para satisfacer las crecientes demandas de un mundo globalizado en donde la diversificación de las necesidades de los clientes y los hábitos de consumo son cada vez más dinámicos. En este contexto, el ejecutivo debe ser capaz de dirigir y aplicar cambios.
La adquisición de nuevos conocimientos y hábitos son ya una condición de todo directivo. Todos los ejecutivos deben aprender a ser «agentes de cambio» y guiar a quienes trabajan bajo su dirección en serlo de sí mismos para después serlo de sus equipos y de las organizaciones.
Las competencias que se enumeran por separado, en realidad todo el tiempo forman parte de la labor directiva de una manera integral y la solución de problemas requiere utilizar más de una a la vez. Los testimoniales enriquecen el libro, presentan casos típicos de problemáticas y dan un panorama más complejo y real de su aplicación. Directivos de diversas empresas y sectores relatan en primera persona su experiencia de crecimiento.
Un ejemplo es el testimonio de Elena Medarde Barragán, directora de servicio al cliente en Barcelona. Ante las carencias que encontró cuando quedó a cargo del área se dio cuenta de que era demasiado para manejarla por sí misma.
«Yo sabía desde el principio que tendría que compartir y distribuir el liderazgo a fin de llevar a cabo el proyecto. Esa es la única forma de conseguir un cambio real», comenta. «Los agentes de cambio son responsables de hacer que las cosas sucedan, para movilizar a la gente e impulsar la transformación» y establece un ejemplo. «Descubrí que la verdadera gestión del cambio se inicia con uno mismo. Para lograrlo también fue importante que conociera muy bien a cada miembro del equipo. Teniendo en cuenta las aspiraciones, los incentivos, la preparación y la capacidad de aprendizaje de cada miembro pude ver lo que podría ser la mejor motivación para ellos al cambio», añade Medarde.
El libro permite entender claramente que más allá de las capacidades innatas que tienen algunas personas para lograr el éxito gerencial se debe recurrir a la educación para incorporar cada día hábitos positivos, diagnosticarlos y desarrollarlos a través de competencias personales.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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