Gilbert Keith Chesterton
Acantilado.
Barcelona, 2009
1171 págs.
Viejo conocido nuestro, Chesterton no empezó escribiendo ensayos o relatos. En 1900, a los 26 años, el joven Gilbert publicó su primer libro –The Wild Knight–, una serie de febriles poemas en los que ya se percibían las filias y fobias del escritor inglés.
Una década exactamente después de la publicación de su poema, la revista The Storyteller del mes de septiembre incluyó en sus páginas un sabroso relato de misterio –La cruz azul– protagonizado por un personaje no menos suculento.
Fiel a su genética británica, Chesterton ideó un detective con una mente chispeante, cuya genética inglesa le permitía advertir detalles imperceptibles, dueño de un humor fino y, claro, con una peculiaridad notoria.
Así como Sherlock Holmes –maestro del violín y consumidor eventual de cocaína– o Hércules Poirot –la elegancia y refinamiento del genial investigador de Agatha Christie contrasta enormemente con su anatomía poco afortunada–, el personaje de Chesterton cumple con el requisito de la inteligencia extravagante.
En «La ausencia del señor Glass», el autor da cuenta de su descripción: «En respuesta a una llamada breve y educada, la puerta se abrió y una pequeña figura informe, que parecía considerar tan difícil manejar su propio sombrero y paraguas como una gran cantidad de equipaje, entró arrastrando los pies. El paraguas era un bulto negro y sencillo, sin arreglo posible; el sombrero era negro y de teja, poco habitual en Inglaterra; el hombre era la encarnación misma de la sencillez y la indefensión».
Así, el fabuloso padre Brown lidia lo mismo con asesinatos que con robos, igualmente intrigantes y, siempre, con una solución en medio de las paradojas más enrevesadas. En una magnífica edición, Acantilado no sólo ha reunido la saga de relatos publicada entre 1910 y 1935.
Para dicha y ventura de quienes amamos el género –de Dupin a House, pasando por Bond–, la editorial catalana incluye cuentos rescatados recientemente y que por primera vez se publican en español. Y, para quienes no lo conocen, ésta es una oportunidad extraordinaria para que lo conozcan. Ande, déjese encantar por este detective con sotana.
Víctor Isolino
