Una exigencia que crece

Falta todavía un largo camino por recorrer para que cada empresa se comporte como verdadera ciudadana que por sí misma, con independencia de las leyes o de lo que hagan otros, sea capaz de guiar su comportamiento, dar cuenta de él, se interese por su entorno y participe en la búsqueda de mejoras y soluciones.
El tema evoluciona y se profundiza en todo lo que la empresa moderna puede y debe aportar como institución actual, ágil, que mira al futuro, descubre tendencias y sabe innovar. Si aplica todas estas características propias de su tarea también al entorno social, logrará cambios muy significativos.
Para que la empresa sea realmente «civil» –dice Bellardinelli en su artículo–, no sólo debe producir beneficios sino también ciertos «capitales sociales», como confianza, sentido de la responsabilidad y honestidad. Y Eduardo Garza menciona que cuando reconocemos que la dimensión social no es la cereza, sino la harina del pastel empresarial (o mejor, el molde en que se hornea) reconocemos la necesidad de innovación en la relación empresa, sociedad y medio ambiente.
En México, el Cemefi otorga cada año un distintivo a las empresas que cubren ciertos requisitos en cuatro áreas básicas. Presentamos las acciones que llevaron a 70 empresas a renovarlo u obtenerlo por primera vez. Ojalá todas tengan claro que es sólo el primer paso y conforme se trabaja, se abren horizontes de muchas más acciones que deberían realizarse.
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La sección Coloquio aborda un afán cada día más popular: viajar. Pero también pregunta ¿para qué? Si muchos viajes se asumen por razones concretas, cada vez más se emprenden otros por motivos imaginarios o por simple moda. Allí figuran todos los tipos humanos, desde quienes desean a toda costa que los hechos novedosos se ajusten a las categorías que llevan en su mente, hasta los que abogan por la idea más «auténtica» del turismo contracultural, espiritual y revolucionario. Un problema es que ni unos ni otros escapan fácilmente a la maldición de la banalidad y el consumo. (González Torres).
Isabel Ibáñez comenta el libro El infinito viajar, de Magris quien, para disfrute de sus lectores, no sólo escapa a esa banalidad sino muestra cuánto se puede aprender de un viaje cuando se abren bien los ojos y se desea extender el ser. Aun a costa de que se pierdan por el camino certidumbres, expectativas o valores o se modifiquen con los nuevos que vamos recogiendo.

istmo review
No. 386 
Junio – Julio 2023

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