Tengo un negocio de productos alimenticios, surto a algunos hoteles y a un buen número de restaurantes. Hace algunos meses tengo una nueva cliente que adquiere mis productos con la condición de pagarme los precios que indican en su empresa, siempre más altos que los míos y del mercado en general.
Esta cliente es jefe de compras de una cadena, pero no ha querido darme entrada a los demás restaurantes. Como es lógico, yo preferiría vender más y a mejor precio, que a uno sólo con un precio tan alto.
Acabo de darme cuenta que me están utilizando para una estafa. Con mis facturas, y quizá las de otros proveedores, la jefe de compras intenta demostrar a sus superiores que los precios del mercado son más elevados, y después hace los pedidos fuertes a un amigo suyo que le da parte del sobreprecio.
Me molesta saberme utilizado para un negocio ilícito, ¿qué me recomiendan?, ¿simplemente dejar de venderle, o buscar a sus superiores y ponerlo en evidencia, a sabiendas de que habré de invertir tiempo y quizá me meta en líos?
1 Las prácticas corruptas de nuestros clientes y proveedores sin duda afectan tarde o temprano a nuestra organización y a toda la sociedad. Pero también es cierto que si uno no quiere tratar con personas corruptas, habrá que esperar a que sea posible vivir en otra galaxia habitada por personas seleccionadas por su comportamiento ético.
No se puede vivir ni actuar investigando qué hacen los demás con nuestros productos o con nuestros servicios. En cambio se puede vivir mejor conociendo las prácticas inmorales de los demás para evitar caer en esas prácticas y, en lo posible, contribuir a erradicar las prácticas éticamente incorrectas.
En el caso planteado parece que la solución no es dejar de vender. Al contrario, hay que tratar de venderle a ese cliente corrupto un poco más y obtener pruebas contundentes de su actuación incorrecta, que habrá que saber presentar a sus superiores para que sea removido del cargo y aumentar las ventas en esa cadena.
Pablo Riba Gargollo
Abogado y consultor de empresas
2 Me parece que toda lección tiene su precio y usted ha recibido una. La propuesta de elevar el precio del producto era, al menos, sospechosa y debió haberse rechazado. Ahora será difícil corregir esa situación sin incriminarse, y probablemente deberá usted renunciar a proveer a esa cadena de restaurantes. Ya que evidenciar a los otros sin auto-evidenciarse no me parece viable. Una primera respuesta sería simplemente dejar de venderles.
Sin embargo, podría intentar, a un nivel más alto que el de la jefe de compras actual, hacer una oferta de los productos, y/o pedir un concurso entre proveedores para competir lealmente, entre los que dan este servicio a todos esos restaurantes. Quizá así, sin denunciar directamente a la deshonesta jefe de compras, y con el pretexto de que los precios son mejores si la venta es más cuantiosa, podrían lograrse sus objetivos y respetarse la justicia.
Armando Reygadas
Abogado y consultor de empresas
3 Si los hechos son como se relatan, además de la estafa que realiza ese sujeto, pone en entredicho el buen nombre de la empresa. Desde el primer momento, resulta sospechoso un cliente que desea pagar más por el servicio que se le presta. Las posibilidades de que sea para un motivo no recto son muy altas. Si en algún momento sale a la luz lo que está haciendo, pueden quedar en entredicho todos los actores ?también quienes participaron inconscientemente. Por ello, para defender el propio buen nombre, me parece que existe la obligación de hacerlo del conocimiento de quienes, posiblemente, en el futuro deban juzgar sobre estos hechos.
Felipe Jiménez
Filósofo dedicado a la docencia