Hasta los periódicos financieros se ocupan del tema
Como madre primeriza, Joan Pines dijo que intentó todo desde abrazarlo en diferentes posiciones hasta grabar el ruido de la aspiradora, incluso una visita al masajista de bebés para ayudar a su infante con cólico, quien despertaba a todas horas de la noche.
Exhausta y desesperada, Pines visitó a Jill Spivack, especialista en sueño, en Los Ángeles. Tras seguir las recomendaciones del especialista, su niña de tres meses durmió bien por primera vez.
Legiones de padres privados del sueño están fomentando una industria de especialistas, cuyo trabajo consiste en ayudar a los niños a dormir. El número de clientes ha aumentado tanto que, en varias ciudades estadounidenses, ahora toma semanas ir al especialista a causa de las listas de espera.
Los métodos varían, pero los especialistas del sueño están de acuerdo en que los niños pequeños pueden y deben aprender a dormir por sí solos, y para eso no es necesario mecerlos, pasearlos o darles de comer a media noche.
Las particularidades varían, por ejemplo, Spivack le dijo a Pines que despertara al bebé de su última siesta a las 5 p.m. y lo pusiera a dormir otra vez ya para toda la noche a las 7 p.m. La rutina también incluía decirle amablemente al bebé que era hora de dormir y dejar el cuarto por periodos de tiempo prolongados, regresando al cuarto de vez en cuando para consolar al bebé. Entre los consejos: comprar un tipo específico de purificador de aire para crear cierto ruido de fondo en el cuarto.
La práctica tiene obviamente sus críticos, estos dicen que entrenar a un bebé a dormir, que incluye generalmente dejarlos llorar solos hasta cansarse, puede causar un daño emocional.
Otros especialistas señalan que la mayoría de los problemas de sueño tienen su base en problemas del comportamiento, por lo que pueden superarse si los padres cambian la forma en que tratan al niño. Suein Hwang. Dow Jones Newswires *
En México, ha ayudado a muchos padres, una versión de la terapia que aparece en el libro Duérmete niño (Edit. Dinámica. Barcelona), del doctor Eduard Estivill y Silvya Béjar.
