El bandido
Robert Walser
Cuentos
Siruela. Madrid, 2004. 156 págs.
Robert Walser
Cuentos
Siruela. Madrid, 2004. 156 págs.
Al hablar de Robert Walser hay que recordar la conversación que tuvo con su amigo Carl Seelig días después de que fuera recluido en el manicomio de Herisau, cerca de Zurich, debido a su aparente esquizofrenia: «No pido más. En el sanatorio tengo la paz que necesito. Que los jóvenes hagan ruido ahora. Lo que me conviene es desaparecer, llamando la atención lo menos posible».
Según los informes del Centro Psiquiátrico, el débil estado mental del paciente número 3561 era incuestionable. Sin embargo, como afirma Enrique Vila-Matas, nunca sabremos si el autor de Jakob von Gunten, El bandido, El paseo, entre muchas otras obras, se hizo pasar por loco para que lo dejaran vivir en paz, en un rincón en el que fuera posible que el mundo lo olvidara.
Su influencia es notable. Sin él, Kafka y Benjamin resultan impensables. Rompió muchos esquemas de la novela tradicional: la distancia entre narrador, personaje y lector se desmorona en sus páginas, ataca la naciente burguesía y hay una mordacidad sin parangón para la época.
El bandido es una sátira fascinante sobre un inútil al que le divierte que lo vean con ojos huraños y sufre una demencial debilidad por las chocolatinas. Pero también es un romántico e hilarante relato sobre un perdedor completamente enamorado de una camarera, y de cómo busca atraer para sí la belleza de su amor.
En resumen, una obra fundamental para la literatura del siglo 20. Fue escrita en el verano de 1925 y publicada de manera póstuma hasta 1972. Un cuento singular narrado de la única manera que podría serlo, con el que Walser cerró su ciclo novelístico y abandonó la literatura para siempre.
Según los informes del Centro Psiquiátrico, el débil estado mental del paciente número 3561 era incuestionable. Sin embargo, como afirma Enrique Vila-Matas, nunca sabremos si el autor de Jakob von Gunten, El bandido, El paseo, entre muchas otras obras, se hizo pasar por loco para que lo dejaran vivir en paz, en un rincón en el que fuera posible que el mundo lo olvidara.
Su influencia es notable. Sin él, Kafka y Benjamin resultan impensables. Rompió muchos esquemas de la novela tradicional: la distancia entre narrador, personaje y lector se desmorona en sus páginas, ataca la naciente burguesía y hay una mordacidad sin parangón para la época.
El bandido es una sátira fascinante sobre un inútil al que le divierte que lo vean con ojos huraños y sufre una demencial debilidad por las chocolatinas. Pero también es un romántico e hilarante relato sobre un perdedor completamente enamorado de una camarera, y de cómo busca atraer para sí la belleza de su amor.
En resumen, una obra fundamental para la literatura del siglo 20. Fue escrita en el verano de 1925 y publicada de manera póstuma hasta 1972. Un cuento singular narrado de la única manera que podría serlo, con el que Walser cerró su ciclo novelístico y abandonó la literatura para siempre.
