La marca de España
Enrique Serrano
Cuentos
Planeta. México. 1999, 155 págs.
Enrique Serrano
Cuentos
Planeta. México. 1999, 155 págs.
Enrique Serrano nació en Barrancabermeja, Colombia, en 1960. Licenciado en Filosofía y Comunicación social, actualmente profesor de la Universidad del Rosario de Bogotá.
¿De dónde iba a ser el autor de La marca de España, obra que edita con orgullo la casa Planeta? Un texto que rinde homenaje a la hispanidad que habita en los hombres, en la historia. ¿Quién escribiría cuentos de españoles desterrados desde las luces más lejanas del tiempo escrito? ¿Quién se haría merecedor del premio internacional Juan Rulfo en 1996, con la profunda penetración en la conciencia agónica del estoico Séneca, para regalarnos un texto que oscila entre la fortaleza y el horror a la muerte y que llama El día de la partida?
Sólo un hombre que, nacido en Colombia, hubiera navegado tres años para encontrar, siguiendo los hilos de España bajo el mar, a la madre patria difundida en todas las tierras, en credos, en eras.
Sólo Enrique Serrano, dueño de pluma hábil y viajera, podía traer al presente los cuentos de antaño para hacernos partícipes de una herencia común. Las voces que podían parecernos eruditas son, en esta convocatoria, cosa nuestra, propia, como la marca que nos dejan la lengua castellana y la cultura que no sólo pronunciamos… la España que hondamente vivimos.
¿De dónde iba a ser el autor de La marca de España, obra que edita con orgullo la casa Planeta? Un texto que rinde homenaje a la hispanidad que habita en los hombres, en la historia. ¿Quién escribiría cuentos de españoles desterrados desde las luces más lejanas del tiempo escrito? ¿Quién se haría merecedor del premio internacional Juan Rulfo en 1996, con la profunda penetración en la conciencia agónica del estoico Séneca, para regalarnos un texto que oscila entre la fortaleza y el horror a la muerte y que llama El día de la partida?
Sólo un hombre que, nacido en Colombia, hubiera navegado tres años para encontrar, siguiendo los hilos de España bajo el mar, a la madre patria difundida en todas las tierras, en credos, en eras.
Sólo Enrique Serrano, dueño de pluma hábil y viajera, podía traer al presente los cuentos de antaño para hacernos partícipes de una herencia común. Las voces que podían parecernos eruditas son, en esta convocatoria, cosa nuestra, propia, como la marca que nos dejan la lengua castellana y la cultura que no sólo pronunciamos… la España que hondamente vivimos.
