El poderoso (The Mighty)
Director: Peter Chelsom. Guión: Charles Leavitt. Duración: 105 min. Clasificación: B
Max (Elden Henson) es un grandulón de 13 años, objeto de burlas en la escuela. Vive con sus abuelos maternos, pues su padre cumple condena tras asesinar a su esposa. La vida de Max cambia al llegar un nuevo vecino de su edad, Kevin (Kieran Culkin) que ha venido con su madre (Sharon Stone), pues su padre lo abandonó al nacer; Kevin sufre una enfermedad degenerativa. Ambos se complementan: Max se convierte en las piernas de Kevin; y éste, apasionado por los libros —sobre todo los del ciclo artúrico—, estimula la inteligencia y el valor de aquél.
Peter Chelsom adapta novela (Freak the Mighty) y logra un atractivo dibujo de la amistad. Los jóvenes actores hacen creíble una relación entrañable donde cada uno se sacrifica por el otro. La inspiración para olvidar los problemas personales, y volcarse en las cosas de los demás, la sacan del espíritu de caballería del rey Arturo. Este recurso se demuestra eficaz, y permite incluir algunas escenas oníricas, donde lo realista y lo mágico se funden con singular fortuna. Fotografía y partitura musical ayudan mucho.
Uno de los mayores méritos de Chelsom y Leavitt es dar una sólida unidad a su historia. Se trenza con acierto el progresivo acercamiento entre los dos protagonistas, los enfrentamientos con una pandilla, el drama de la enfermedad, las relaciones familiares y la oscura subtrama en torno al malvado padre de Max. Hay un buen reparto de secundarios adultos (Gena Rowlands, Sharon Stone, Gillian Anderson, Dean Stanton) que, sabiamente, optan por la sobriedad en sus papeles: saben que los pequeños actores son los protagonistas y ni por asomo intentan robarles la función.
Peter Chelsom adapta novela (Freak the Mighty) y logra un atractivo dibujo de la amistad. Los jóvenes actores hacen creíble una relación entrañable donde cada uno se sacrifica por el otro. La inspiración para olvidar los problemas personales, y volcarse en las cosas de los demás, la sacan del espíritu de caballería del rey Arturo. Este recurso se demuestra eficaz, y permite incluir algunas escenas oníricas, donde lo realista y lo mágico se funden con singular fortuna. Fotografía y partitura musical ayudan mucho.
Uno de los mayores méritos de Chelsom y Leavitt es dar una sólida unidad a su historia. Se trenza con acierto el progresivo acercamiento entre los dos protagonistas, los enfrentamientos con una pandilla, el drama de la enfermedad, las relaciones familiares y la oscura subtrama en torno al malvado padre de Max. Hay un buen reparto de secundarios adultos (Gena Rowlands, Sharon Stone, Gillian Anderson, Dean Stanton) que, sabiamente, optan por la sobriedad en sus papeles: saben que los pequeños actores son los protagonistas y ni por asomo intentan robarles la función.
