Madre Teresa
Kathryn Spink
Plaza y Janés. México. 1997, 382 págs.
Kathryn Spink
Plaza y Janés. México. 1997, 382 págs.
El año pasado, millones de personas en el mundo entero, contemplamos las honras fúnebres para despedir a la Madre Teresa, esa risueña anciana de manos enormes que llevó alegría a los más pobres. Imagino que si un ángel, con vocación de reportero, preguntara entonces a la homenajeada su opinión, seguramente respondería con una de sus luminosas palabras que utilizó mientras vivió entre nosotros: «Yo soy un lápiz en las manos de Dios. Un trozo de lápiz con el cual Él escribe lo que quiere».
Teresa de Calcuta —quien pronto olvidó a Agnes Gonxha Bojaxhiu nacida en agosto de 1910—, llevó a cabo una colosal cruzada de amor. Sustentada por la inconmensurable fuerza de la oración, se empeñó en devolver a los abandonados su más valiosa posesión: la dignidad. Convencida de que la esperanza es el germen de la alegría, recorrió el mundo ayudando a los más necesitados y despertando a los demás, a los millones de durmientes que pensaban que la pobreza desaparecería con tan sólo ignorarla. Las Misioneras de la Caridad florecieron vertiginosamente e inundaron la Tierra con el suave y penetrante aroma del servicio.
Esta magnífica y compleja biografía autorizada, Kathryn Spink recorre paso a paso la vida y obra de la Madre Teresa y muestra un retrato entrañable de su intimidad humana y espiritual. Estamos ante una obra que aborda con altura el espíritu grande de una monja que quiso ser siempre pequeña. Página a página aparecen los detalles que forjaron la recia personalidad de la Madre Teresa y los caminos que recorrió. Una filosofía sin rupturas permitió a esta mujer valiente y fiel responder con audacia a su llamado. Aceptó el reto, se convirtió en antorcha brillante que recorrió el mundo arrasando con el egoísmo y nos dejó, junto a la nostalgia por su ausencia, un resplandor que no se apagará jamás.
Teresa de Calcuta —quien pronto olvidó a Agnes Gonxha Bojaxhiu nacida en agosto de 1910—, llevó a cabo una colosal cruzada de amor. Sustentada por la inconmensurable fuerza de la oración, se empeñó en devolver a los abandonados su más valiosa posesión: la dignidad. Convencida de que la esperanza es el germen de la alegría, recorrió el mundo ayudando a los más necesitados y despertando a los demás, a los millones de durmientes que pensaban que la pobreza desaparecería con tan sólo ignorarla. Las Misioneras de la Caridad florecieron vertiginosamente e inundaron la Tierra con el suave y penetrante aroma del servicio.
Esta magnífica y compleja biografía autorizada, Kathryn Spink recorre paso a paso la vida y obra de la Madre Teresa y muestra un retrato entrañable de su intimidad humana y espiritual. Estamos ante una obra que aborda con altura el espíritu grande de una monja que quiso ser siempre pequeña. Página a página aparecen los detalles que forjaron la recia personalidad de la Madre Teresa y los caminos que recorrió. Una filosofía sin rupturas permitió a esta mujer valiente y fiel responder con audacia a su llamado. Aceptó el reto, se convirtió en antorcha brillante que recorrió el mundo arrasando con el egoísmo y nos dejó, junto a la nostalgia por su ausencia, un resplandor que no se apagará jamás.